La sociedad coloca en un pedestal a lo que considera como grandeza, para que la admiren todos los que la observen, y al observarla la imiten, y así la sociedad se refuerza.
El pajarillo no entienden de esas complejidades, ni de esos premios, ni de esas vanidades, y desde su humilde otero observa lo que le rodea en busca de alimento y para advertir los peligros.
Desde la serenidad de nuestra soledad,
¿Hacia dónde miramos?
¿Qué es lo que observamos?
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