para que brille nuestro ego,
para evitar castigos y para conseguir premios,
para que vuele libre lo que llevamos dentro.
El Tao es silencioso,
el sabio es abierto y poco habla.
El que habla poco percibe mucho,
y no necesita elocuentes palabras.
NOTA.- Ver el capítulo 81 del Tao Te King.
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