Cuando a muchas personas la realidad social les resulta dolorosa, o fea, o no les ofrece posibilidades de mejora, surgen personas que imaginan realidades mejores, e incluso frecuentemente surgen movimientos sociales y políticos que luchan por conseguir que lo imaginado se convierta en realidad, y a veces tienen más o menos éxito.
Cuando como individuos, nuestra realidad personal nos resulta dolorosa o no nos gusta, una de las opciones que se nos presenta es imaginar realidades. A veces luchamos para que se conviertan en realidad, y otras veces sólo nos sirven como evasión, y aquí también nos encontramos con las realidades imaginadas por los escritores, por los directores de cine, de teatro, de televisión, por toda la variedad de artistas, así como con la parte de la realidad imaginada por los estudiosos del pasado.
En torno a las realidades imaginadas surgen unas tensiones debido a los siguientes aspectos:
*En mayor o menor medida, las realidades imaginadas chocan con la realidad del mundo en el que vivimos.
*En mayor o menor medida, reflejan muchísimos aspectos de nuestra realidad interior.
*En mayor o menor medida, esos aspectos de nuestra realidad interior chocan con las visiones que tienen de la realidad las personas cercanas a nosotros, así como con las creencias dominantes en la sociedad.
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