No podemos conseguir ni dominar los momentos que deseamos, y tampoco podemos enlazarlos como nos gustaría. Sin embargo, veamos una de las formas posibles en las que pueden enlazarse por sí mismos.
*Los momentos dolorosos.
Los que afrontamos con lo más sólido, lo más hondo y lo más elevado que llevamos dentro.
*Los que dedicamos a conseguir, a luchar, a defendernos.
Momentos en los que usamos todas nuestras capacidades, así como las ayudas que podemos conseguir.
*En los que hacemos planes para el futuro.
En los que afloran nuestras necesidades, nuestros sueños e ilusiones.
*En los que recordamos.
Momentos que unas veces son de nostalgia, otras de heridas no cerradas, y otras de enseñanzas.
*En los que meditamos sobre nuestra situación y sobre nosotros mismos.
Momentos de balance de nuestro pasado y de horizontes para nuestro futuro.
*En los que filosofamos sobre la vida y sobre el tiempo.
Momentos para el cuestionamiento de nuestras visiones y orientaciones.
*Los placenteros y satisfactorios.
En los que sólo hay agitadas emociones, y por ello no hay reflexiones ni comprensiones.
*Los que vivimos armónicamente.
Momentos donde da sus frutos la comprensión alcanzada sobre los diferentes aspectos de los demás momentos.
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