La vida tiene un origen misterioso, pero el Hombre no acepta el Misterio y en el lugar de aquello que no puede conocer o que no conoce, pone creencias.
La vida, vivir, tiene consecuencias que se manifiestan en el futuro, pero se trata de unas consecuencias que el Hombre no puede conocer con certeza y que además son incontrolables. Pero el Hombre quiere conocer para controlar, y así no comprende, ni domina, ni armoniza con el flujo natural de la vida.
En medio de este flujo natural de la vida desde el origen hacia el futuro, llevados por él, formando parte de él, todos vivimos una presente cada instante de nuestra vida. Un presente de percepciones, de sensaciones en nuestro cuerpo, de impulsos, de estímulos, de pensamientos, de emociones y sentimientos, en suma, un presente de conciencia. De la conciencia que cada uno tiene de la vida y de lo que en cada momento está viviendo.
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