Cuando queremos ser algo o conseguir algo y no somos capaces de ellos, nos justificamos, y siempre somos capaces de hallar argumentos justificativos.
Cuando los demás nos critican, nos exigen o nos condenan, nos justificamos, y siempre somos capaces de hallar argumentos justificativos.
Ante las situaciones que dan lugar a nuestras justificaciones, nos quedan las siguientes opciones:
*Hacer más de lo que hacemos. Sin embargo, ¿Hasta dónde somos capaces de hacer lo que nos exigimos a nosotros mismos o nos exigen los demás? Por otro lado, esta vía nos lleva a estar continuamente esforzándonos, luchando y venciendo. ¿Hasta dónde somos capaces devivir de esta manera?
*Comprender cuales son nuestras capacidades reales, aceptar nuestras limitaciones y ajustar nuestros objetivos a nuestras posibilidades.
*Aprender a soportar las exigencias ajenas, sus críticas, sus condenas. Hagamos lo que hagamos siempre habrá alguien que nos criticará, que nos exigiría, que nos condenará. Los demás sólo nos premian y nos aman cuando hacemos lo que quieren, y eso significa ver reducida nuestra libertad.
*Todas nuestras justificaciones tienen su origen en nuestras necesidades y en nuestros deseos. Frente a esto siempre tenemos la vía de comprender el por qué de nuestras necesidades y deseos. En la medida en la que vayamos alcanzando esa comprensón irá apareciendo la vía de la liberación.
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