lunes, 13 de diciembre de 2021

EXIGENCIAS

 


   Como el Ser Humano todavía no es capaz de vivir solamente guiado por sus impulsos naturales, y como esos impulsos naturales a veces son despreciados por considerarlos como algo inferior, como algo animal. Como el Ser Humano todavía no es capaz de aceptar el flujo natural de las cosas, el Ser Humano vive en una sociedad basada en creencias artificiales. 


  Para que la sociedad actual funcione mínimamente bien, para que no existan demasiados conflictos, demasiados abusos, demasiadas injusticias, demasiadas tragedias, es necesario que todos los individuos cumplan con unas normas, es necesario que aporten algo de lo que la sociedad necesita y de lo que sociedad valora.


  Sin embargo, nos encontramos con que dejando el cumplimiento de esas normas y de esas aportaciones a la buena voluntad de los individuos, muchas veces esos individuos no cumplen con las necesarias o no aportan nada de lo necesario y de lo valorado. 


   Ante esta situación surgen las exigencias que la sociedad hace a los individuos, unas exigencias que siempre se ven estimuladas por un complejo sistema de obligaciones, de deberes, de premios y de castigos. La experiencia demuestra que debido a las exigencias la mayoría de los individuos, o al menos una buena parte de ellos, cumple con las normas y aporta cosas necesarias. Pero la experiencia también nos muestra que, como toda exigencia impide a muchos individuos hacer lo que desean, esa represión produce infinidad de efectos en los individuos reprimidos, efectos que frecuentemente se manifiestan en infinidad de comportamientos dañiños para el propio individuo y para la sociedad.


   Hay quien considera que las personas que causan daños son malvadas, inmorales, y hay quien considera que son perturbados mentales, locos, o bien personas que se han visto forzadas por unas circunstancias a las que nos han podido afrontar. Así, las medidas que se piden para evitar estos comportamientos son muchas y siempre se basan en la opinión que cada sector de la sociedad tenga sobre las causas de los comportamientos dañinos.


   Quienes están de acuerdo con las normas y con las exigencias sociales no admiten que esas noromas y esas exigencias puedan ser las causas de esos comportamientos dañinos. Quienes critican esas normas y esas exigencias lo hacen desde unas creencias que no representan la opinión de importantes sectores de la sociedad, con lo cual, en el caso de que se impusieran sus creencias, la nueva sociedad se vería obligada a imponer unas normas y unas exigencias que, al resultar represoras para quienes no comparten esas creencias, también producirían comportamientos dañinos. 


   En teoría, que la sociedad se base en la amonía con los impulsos naturales sería la solución, pero para que eso suceda esa armonía tiene que ser aceptada gustosa y libremente por todos los miembros de la sociedad, y nadie sabe como conseguir eso. Sólo existen ilusiones y creencias al respecto, y la armonía que cada individuo pueda alcanzar a través de sus propias comprensiones. 

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