Cuando las satisfacciones tiene causas sencillas y naturales, son serenas.
Entonces, el Hombre camina por sendas en las que no se pierde ni tropieza.
En éstas sendas, lo que cuenta son las albas y las luces claras, y las miradas despiertas.
Miradas que se sienten satisfechas cuando ven que todo madura, dorado, cuando su tiempo le llega.
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