Confían la una en la otra,
porque ambas se guían,
por su propia naturaleza.
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Todos confíamos en aquello que no nos resulta peligroso, que nos da seguridad, que nos da lo que necesitamos. Pero además, la gran mayoría confía en aquellas fuerzas y en aquellas personas, que les dan o les prometen las ayudas que les piden. Cuando confíamos nos sentimos libres de miedos y gozosos con nuestras satisfacciones.
De ésta manera se nos presenta la siguiente cuestión:
Cuando confiamos en algo o en alguien:
¿Lo hacemos debido a su eficacia?
¿O lo hacemos esperando los frutos satisfactorios de confiar?
Confiar y desconfiar,
Deseos y defensas.
Causas y consecuencias
que se enlazan y se alternan.
De ésta dinámica:
¿Qué nos libera?
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