Como no somos sabios, todos detenemos dependencias, cadenas y temores. Todo ello es causa de tropiezos y de atajos falsos en nuestro camino espiritual.
Las dependencias y las cadenas necesitan liberación.
Los temores necesitan la aceptación del fluir natural.
Los obstáculos principales que se nos presentan a la hora de la liberación, es que muchas veces tenemos que renunciar a muchos de nuestros habituales placeres y satisfacciones, así como a ser admirados, premiados y amados. Ante ésto, en la libertad de nuestro camino espiritual, necesitamos encontrar fuentes suficientes de placeres y de satisfacciones con las que hacer frente al dolor.
La aceptación del fluir natural necesita tiempo para comprender las leyes que rigen a ese flujo, y tras haber comprendido, necesita tiempo para que podamos vivir sin esfuerzo y sin forzar, de acuerdo con lo comprendido.
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