*Cuando decimos lo que pensamos y lo que sentimos, podemos encontrar a algunas personas que estén de acuerdo con nuestras palabras. A los que no lo estén, no los podemos convencer con ningún argumento ni con ninguna demostración.
*Cuando damos algo, podemos encontrar a algunas personas que lo valoren y que se sientan agradecidas por ello. Los que no lo valoren no nos premiarán por lo que damos.
*Cuando queremos convencer con palabras a los que no ven las cosas como nosotros, tenemos que decirles lo que quieren escuchar.
*Cuando queremos ser premiados por quienes no valoran lo que damos, tenemos que darles que quieren recibir.
Nadie convence a nadie de nada. Pero los seres humanos nos podemos engañar o seducir los unos a los otros.
Quien es fiel a sí mimo usa la sinceridad al decir y al dar.
Quien quiere conseguir algo de los demás, tiene que decir y dar lo que quieren los demás.
Cuando ésto no funciona surgen los conflictos y los usos estratégicos de la fuerza.
*En la soledad serena, surgen reflexiones como éstas.
*En las compañías sinceras, surgen los beneficios mutuos.
*En las compañías interesadas, surgen las ganancias y las pérdidas, las acusaciones y las justificaciones.
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