Cuando conseguir lo deseado es el objetivo principal, los placeres y las satisfacciones nos producen un mayor o menor grado de dependencia, y junto a los demás deseos se convierten en las causas de los conflictos, del dolor y de las frustraciones.
Cuando seguimos un camino espiritual, los placeres y las satisfaccioness juegan otros papeles:
*Unas veces son efectos secundarios de los pasos espirituales que damos.
*Otras veces los hallamos como regalos de la vida, y se convierten en energías que nos impulsan a seguir caminando.
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