El poder es una cadena. En un extremo están atados los que lo ejercen y en el otro los sometidos. Cuando el poder produce placeres y satisfacciones, también produce ilusiones que no ven la cadena.
En las relaciones de poder intervienen tres aspectos: Los temores, los deseos y las creencias, los cuales se combinan de mil maneras.
El proceso de liberación comienza dando el paso de tomar conciencia de la fuerza que éstos tres aspectos tienen en nosotros.
Otro paso consiste en ser conscientes del uso que hacemos de las acusaciones y de las justificaciones.
Después viene la sabiduría de saber que hacer con la libertad.
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