*La sociedad tiene unas cosas artificiales a las que da un gran valor. Quien tiene éxito a la hora de conseguirlas, consigue riquezas y poder, y también admiración, premios y amor. Pero para conseguir el éxito, tiene que cumplir con las exigencias artificiales que le impone la sociedad.
*Quien consigue el éxito, intenta imponer sus exigencias y sus creencias a los que tienen menos éxito que él, y desprecia por fracasados a los que no han alcanzado lo que ha alcanzado él.
*Quien quiere conseguir lo deseado, y quien cree que tiene derechos, exige que todos le faciliten sus deseos y respeten sus derechos.
*Los egos quieren brillar e imponerse, y para ello exigen que todos les escuchen, que estén de acuerdo con sus creencias, y que no se opongan a aquello que desean. Cuando pueden se imponen, cuando no, seducen, o compran y venden.
*Como resultado inseparable de los éxitos de unos, los fracasos de otros, y la sed no saciada de todos.
A veces somos las víctimas de las exigencias ajenas.
A veces somos los exigentes, con los demás y con nosotros.
Sin embargo, existen vías para vivir al margen de exigencias, pero siempre son vías en soledad e internas.
El artificio que no se puede evitar,
hay que aprender a convivir con él.
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