sábado, 29 de mayo de 2021

PRECIOS Y POSIBILIDADES

 


  Los individuos y las sociedades se encuentran con diferentes opciones de vida. Toda opción exige pagar unos precios y ofrece unas posibilidades. El individuo y las sociedades sopesan ambas cosas y la mayoría se decantan por aquella opción en la que ven las mayores posibilidades a cambio de los precios más bajos. Sin embargo, hay otros que se decantan por la opción que ofrece más posibilidades y no les importan mucho los precios, y existen unos terceros que se decantan por aquellas opciones en las que el precio es más bajo, el cual les importa más que las posibilidades. 


  Sea cual sea el camino que cada cual escoja, todo el mundo se siente orgulloso de sí mismo cuando considera que aquello que ha conseguido ha sido a un precio barato. Esto es un éxito, un triunfo. Los éxitos nos llevan a creer que aquello que hacemos es inteligente, acertado, y por lo tanto no necesitamos cambiar, con lo cual, los éxitos nos van volviendo rígidos. 


  Otras veces fracasamos y entonces, la mayoría de las veces optamos por culpar a los demás, a la sociedad, a la mala suerte, o al destino, de nuestros fracasos. Esta actitud nos quita toda responsabilidad en nuestros fracasos, con lo cual no vemos la necesidad de cambiar y esto también nos vuelve rígidos. Pero sólo el fracaso nos ofrece la posibilidad de ser flexibles, de cambiar, pero eso nos exige aceptar nuestra responsabildad en nuestros fracasos. 


 Sobre todo durante la etapa de nuestra vida en la que nos sentimos fuertes y con energía, tendemos a creer que nuestra vida depende exclusivamente de nuestra fuerza, de nuestra energía y de nuestra inteligencia, y cada éxito que obtenemos nos confirma en esta creencia, y así, como ya vimos, nos vamos volviendo rígidos. Y esto mismo le sucede a las sociedades. 


  Con el paso del tiempo siempre acabamos viendo que el curso de las cosas tiene cada vez más fuerza sobre nuestras vidas. Ante esto se nos presentan dos opciones: 


  *Ser fuertes e inteligentes para desafiar a las adversidades y para aprovechar las posibilidades y seguir consiguiendo éxitos. Sin embargo, nuestras fuerzas flaquean y nuestra inteligencia cada vez nos da menos éxitos. 


  *Ser flexibles, adaptarnos al curso natural de la vida. Sin embargo, para ser flexibles hemos de acabar con nuestras rigideces, esas rigideces que hemos ido acumulando con nuestros éxitos del pasado, esas rigidices que nos producen nuestras actitudes de culpar de nuestros fracasos a los demás, a la sociedad, a la mala suerte, al destino. 


 En nosotros se libra una batalla entre aquello que nos produce éxitos y la necesidad de ser flexibles para afrontar al curso natural de la vida, un curso que siempre acaba por ser más fuerte que nuestras fuerzas y que nuestra inteligencia juntas. 


  

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