-¿Maestro, que opinas del odio y de la bondas; de la crueldad y de la compasión? -Preguntó una discípula.
-Yo me centro en mis creencias y en mis comprensiones; en mis dependencias y en mis libertades. -Contestó el Maestro.
Y ambos guardaron un sereno silencio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario