En las ramas tortuosas,
ni se equivoca ni se hiere,
serena y libre se posa,
y teniendo suficiente,
desde allí nos mira la tórtola.
Cuando miramos hacia el cielo,
los pájaros nos muestran
los caminos sin atajos.
Cuando miramos hacia el suelo,
nuestros ojos nos muestran
donde daremos los pasos.
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