miércoles, 19 de mayo de 2021

HACER, SIEMPRE HACER

 


   La vida es un movimiento continuo, el cual produce cambios aunque sin violar nunca las leyes universales por las que se rige el movimiento. 


  El Hombre siempre está haciendo, y aunque hace cosas diversas, unas las  hace para conseguir lo necesario, otras para conseguir lo deseado, otras buscando la armonía, y otras las hace armonónicamente. Lo que el individuo y el grupo social hacen produce cambios en su entorno, en los demás seres humanos y en el propio Hombre. 


  -¡Hacer, siempre hacer! En nuestra sociedad existe una verdadera obsesión por  hacer. -Dijo un discípulo. 


-Con obsesión o sin obsesión, vivir es hacer, y siempre estamos haciendo algo. -Dijo el Maestro.


-Háblanos del hacer. - Pidió el mismo discípulo. 


-Además del impulso vital que todo ser humano tiene, a la hora de hacer lo primero en lo que se basa el Hombre es en aquello que conoce. Ante lo conocido, el Hombre puede aceptarlo y afrontarlo, o bien puede crear ilusiones y buscar atajos. -Dijo el Maestro. 


  -¿De qué depende que el que acepte y afronte, o que cree ilusiones y busque atajos? -Preguntó el mismo discípulo. 


 -De su nivel de conciencia, pero no me preguntes de qué depende su nivel de conciencia porque no lo sé. -Respondió el Maestro. 


 -De acuerdo Maestro, continúa por favor. - Pidió el mismo discípulo. 


  -Con lo que no conoce, el Ser Humano desarrolla creencias, y esas creencias pueden tener en él más peso que sus conocimientos de la realidad. -Dijo el Maestro, el cual tras una breve pausa, continuó diciendo:


  -Después viene lo que el individuo y el grupo social saben hacer y aquello que pueden hacer. Eso es todo. 


 -¿Todo? ¿Dónde queda la libertad interior  y la saiduría del individuo? -Objetó el mismo discípulo. 


 -Eso ha dado lugar a muchas visiones, las cuales han provocado muchos debates. No me interesa debatir ni rebatir, pues eso me agita y me lleva a muchas complejidades. Busco la sencillez y la serenidad, por ello lo dejo a tu libertad interior y a tu sabiduría. -Concluyó el Maestro y guardó silencio. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario