-Maestro, háblanos de las cosas incompatibles.
-Pidió una discípula.
-En el Universo y en la Naturaleza no existen las cosas incompatibles. Las cosas incompatibles sólo existen en los conceptos de la mente, en las creencias, y cuando tenemos deseos de conseguir algo que realmente no necesitamos, y aquí las incompatibilidades son innumerables. -Dijo el Maestro.
-¿Qué ocurre cuando tenemos necesidades de supervivencia? -Preguntó la misma discípula.
-Esas necesidades las podemos conseguir sin entrar en incompatibilidades con el flujo natural del Universo y de la Naturaleza, pues vivir es siempre compatible con ambos, ya que la vida es una manifestación de ambos. -Contestó el Maestro.
-Y supongo que en el Universo y en la Naturaleza tampoco existen los contrarios. -Dijo la misma discípula.
-Efectivamente, el Universo y la Naturaleza son un orden en el que todo cumple su función y donde todo es complementario de todo. Los contrarios surgen solamente cuando en vez de armonizar intentamos dominar. Sin embargo, quien intenta armonizar, sigue una vía que es incompatible con las vías que siguen los que intentan dominar, pero no los tiene por contrarios cuando sólo intenta armonizar a nivel individual, aunque si intentara imponer la armonía a los demás, sí que los vería y los tendría por contrarios. -Dijo el Maestro.
-En todo esto que dices veo tensiones, y también las veo en mí misma. -Dijo la misma discípula.
-Las tensiones están presentes en el Universo y en la Naturaleza en forma de Yin y de Yang, y son comunes, tanto para quien intenta dominar como para quien intenta armonizar, y esas tensiones son la principal energía que nos eleva nuestro nivel de conciencia. -Dijo el Maestro y guardó silencio.
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