Para que nos resulte soportable el dolor que nos produce el hecho de vivir, quienes no somos sabios necesitamos placeres que puedan contrarrestarlo y que puedan evitarnos el sufrimientos. Pero hay muchas clases de placeres:
*Los sencillos, serenos, fáciles de conseguir, los regalos de la vida, los inocentes, los espontáneos, los disfrutados en soledad, los compartidos con afectuosas y libres compañías.
*Los intensos y agitados, muchas veces complejos, los menos vividos en soledad, la mayoría en todo tipo de compañías. Aquellos por los que pagamos (y a veces hacemos pagar), altos precios en dolor, aquellos a los que con mucha frecuencuencia nos atamos, o pasamos a depender de ellos.
Placeres:
Los que unos sólo ven y usan como disfrute libre y espontáneo de lo agradable de la vida.
Los que otros tienen como principales objetivos planeados y esforzados de su vida.
Placeres:
En los que la mayoría valora más las alegrías que de ellos obtienen,
que las consecuencias dolorosas que con frecuencia tienen.
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