A lo largo del Tao Te King, Lao Tse nos presenta diversas críticas contra los poderosos de su época, pero también se muestra crítico con quienes, en nombre del bien de la gente, pretenden arrastarlas a rebelarse contra lo establecido. Para Lao Tse, la mejor forma de convivencia era dejar a la gente vivir sus vidas sencillas sin interferencias, ni por parte de los poderosos ni de los rebeldes.
En cuanto a la actitud del Sabio respecto a la sociedad, Lao Tse nos dice:
"El fracaso es una oportunidad.
Pero si culpas a otro por ello,
la culpa no tendrá fin.
Así, el Maestro
cumple con sus obligaciones
y enmienda sus errores.
Hace lo que precisa ser hecho
y nada exige de nadie."
(Tao Te King. Cap. 79)
Una de las cosas de las que se culpa a los poderes establecidos, a la sociedad, es de los propios fracasos, es como si se creyera que la sociedad tiene que satisfacer todas nuestras necesidades y no ponernos ningún obstáculo, lo cual no es sólo una actitud poco realista, sino que incluso es una actitud infantil.
Frente a ésta visión de la sociedad y de nuestra propia vida, el Sabio se responsabiliza de su propia vida, y como no cree que el marco social sea la única causa de los problemas, no se rebela contra él. Y como no confía en los rebeldes, pues ve el artificio de sus creencias, no les sigue. Así, el Sabio opta por enmendar sus propios errores, por hacer lo que precisa ser hecho, y nada exige de nadie. Ésta es una actitud libre y madura, pues ni busca culpas ni justificaciones.
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