La receptividad nos lleva a la comprensión, a la aceptación, a la armonía. La actividad, si no está guiada por los frutos de la receptividad, puede llevarnos a forzar las cosas y a las personas, a desequilibrarlas, a causar destrucción y daños, todo lo cual repercutirá en nosotros mismos.
El Sabio:
"Permite que las cosas vengan y vayan.
Su corazón permanece tan abierto como el cielo."
(Tao Te King. Cap. 12)
La receptividad se nos presenta en los siguientes aspectos:
*La que necesitamos para sobrevivir.
*La que desarrollamos para conseguir nuestros
deseos.
*La que requiere nuestro camino espiritual.
Lo que dificulta la receptividad espiritual son los deseos y las creencias. Los deseos, porque ponemos nuestra atención y nuestra energía en conseguirlos, y así no podemos percibir lo demás. Las creencias, porque son un filtro entre la realidad y nuestra percepción, porque creen que ya saben lo que no saben, porque sólo buscan en unas direcciones y no en otras.
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