"La bondad suprema es como el agua,
que todo lo nutre sin pretenderlo.
Se contenta con los lugares inferiores que la gente desdeña.
Por eso es como el Tao."
(Tao Te King. Cap. 8)
Estamos ante el amor espontáneo, ante el amor incondicional, ante el amor que ni espera ni busca nada a cambio. Por lo tanto, estamos ante el amor natural, no ante un amor de los que están relacionados con la moralidad o con el deber.
Por otra parte, para Lao Tse, la vida satisfactoria que el Hombre pueda vivir, no depende de la buena voluntad voluntad de unos dioses o de unos héroes salvadores, sino que depende solamente del grado de armonía que los seres humanos alcancemos con el Tao, pero como somos Tao, en realidad esa armonía es con nosotros mismos.
En cuanto a los problemas del Hombre, para Lao Tse no se deben ni a la existencia de fuerzas malvadas, ni a la desobediencia a las normas impuestas por unos dioses buenos y amorosos, sino a la escasez de conciencia del Hombre sobre su propia naturaleza.
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