"El Maestro observa el mundo
pero confía en su visión interior"
(Tao Te King. Cap. 12)
El Sabio observa el mundo, pero esas visiones no le distraen, no le crean ilusiones, sino que confía en su visión interior.
"¿Cómo sé que ésto es así?
Miro en mi interior y veo."
(Tao Te King. Cap. 21)
El Sabio tampoco puede conocer al Tao, pero intuye su naturaleza mirando en el interior de sí mismo, y allí ve, pues allí también está el Tao.
En un mundo como el actual, tan variado, con tanto acceso a tantas informaciones, con tanta creencias, con tantos grupos humanos pugnando entre ellos, resulta difícil no distraernos y no agitarnos, pero seguimos teniendo un interior luminoso en el que podemos confiar.
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