*Los de conseguir y tener cosas externas a nosotros.
*Los de disfrutar de bienestar interior.
En ambos casos, nos atamos a las esperanzas, a las ilusiones, a los medios utilizados para conseguirlas, y a los precios que tenemos que pagar por lo fracasado y por lo conseguido.
Así, la liberación comienza cuando, en vez de darle prioridad a las estrategias, ponemos más atención y energías en las exploraciones y comprensiones de nuestro ego, de nuestros deseos, de nuestros pensamientos y emociones.
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