Las alas nos van creciendo cuando nuestra tranquilidad nos va permitiendo comprender las lecciones de las situaciones que nos presenta la vida. Con ellas vamos ampliando nuestra aceptación de la realidad y reduciendo el espacio y la energía de nuestras creencias y de nuestras ilusiones.
Alas para volar en el viento y con su rosa, para marchar, para explorar, para descubrir, para llegar, para descansar, para que a la noche le siga el despertar.
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