Solos ante la vida, soledad que ninguna compañía evita.
Y también solos en serena y alegre libertad, y sin buscar compañía.
Solos, cuando no nos defienden, cuando no nos comprenden, cuando no valoran lo que somos, cuando importamos. Se trata de una soledad que teme debido a la falta de amor de los demás, a la que la actitud de los demás le limita mucho las posibilidades de conseguir placeres y satisfacciones, y por todo ello nos resulta dolorosa, y a la que combatimos intentando cambiar nuestra libertad por comprensiva y amorosas compañías, o pagando precios altos por los placeres.
Solos, cuando no queremos, no sabemos o no podemos dar lo que nos piden, cuando nos sentimos decepcionados, cuando desconfiamos. Soledad refugio, escéptica, impotente, victimista, soledad a la que el dolor vuelve estéril, y por lo tanto con muchas limitaciones para conseguir placeres y satisfacciones.
Solos, cuando queremos evitar conflictos, castigos, sumisiones, deberes y agitaciones. Soledad de la huída, incluso a veces huimos de las amorosas compañías, pereo siempre hay algo de lo que huimos que acaba alcanzándonos e imponiéndonos sus condiciones.
Solos, cuando estamos cansados de luchar sin conseguir victorias, cuando nos hemos liberado de nuestras pretensiones de convencer a los demás, cuando queremos ser libres, cuando queremos estar serenos, cuando queremos mirarnos por dentro y observar lo que hay fuera, cuando queremos comprender lo que vemos.
Solos, serenos y alegres, es como mejor cultivamos nuestro huerto interior, y con la libertad adquirida en nuestra soledd, intercambiamos nuestros frutos con quienes se muestran receptivos y no nos ponen condiciones. Única compañía, en la que los placeres, las satisfacciones, el amor y la libertad están en armonía.
MAL ACOMPAÑADOS
A veces, nuestras necesidades nos llevan a buscar compañías que nos hacen daño, pero el dolor que nos causan nos impulsa a librarnos de ellas.
Otras veces nuestras ilusiones nos llevan a buscar compañías con la esperanza de que nos ayuden a conseguirlas. Lo que hace que estemos mal acompañados son las ilusiones de las que no queremos liberarnos.
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