viernes, 18 de febrero de 2022

QUERER MENOS

 


  El primer impulso que nos lleva a querer menos es el miedo, y le sigue la prudencia. Todos sabemos que en muchas ocasiones, si reducimos nuestros deseos se reducen los posibles peligros y también las posibilidades de sentir dolor. Sentir menos dolor nos hace más libres, pues cuando sentimos dolor nos esclavizamos a todo lo que tenemos que hacer y conocer para liberarnos de él, para evitarlo, o para conseguir los placeres y las satisfacciones que lo venzan. 


  Querer menos es también otra fuente de libertad, pues cuanto menos queremos menos dependemos de los demás. Cuanto menos queremos menos son los conflictos que creamos o en los que nos vemos envueltos, pues los confictos siempre nos esclavizan a la lucha por ganarlos, o al dolor de perderlos. Cuanto menos queremos menos nos atamos, tanto a nuestros deseos, como a todo lo que tenemos que hacer para conseguirlos.

   Querer menos significa una vida más sencilla, más serena y así, más libres de agitaciones y de deseos, podemos dedicar más energía a la sabiduría y a nuestros horizontes espiritules. Supongo que estos aspectos son los que han hecho que todas las tradiciones espirituales se basen en querer menos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario