LA NADA Y OTROS MISTERIOS (MISTERIOS Y CAMINO ESPIRITUAL)

 

   A falta de una foto que pueda representar a la nada, he recurrido a esta foto de un cielo azul en la que no se aprecia nada más. 

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Tal vez la mejor forma de definir a la nada es verla como la ausencia de todo. 

  Sin embargo, hay quienes defienden que todo surgió de la nada, lo cual nos resulta incomprensible.

   Otros dicen que de la nada no puede surgir nada, pero éstos no pueden explicar que si nada surgió de la nada, es que todo hay existido siempre, y esto también nos resulta incompresible. 

  Como vemos estamos ante un misterio irresoluble, misterio que se relaciona con todos los demás aspectos sobre de todo, así como con los misterios sobre el final de las cosas, incluidos los aspectos sobre el final de la vida humana. 

   Existen otros muchos misterios sobre aspectos muy diversos. A veces se trata de misterios que mucha gente cree que esconden grandes secretos de sabiduría olvidada u oculta, o grandes secretos que una vez conocidos explicarían la realidad sobre diversos aspectos de la vida humana, pero pasan los siglos y todos esos misterios siguen sin resolverse. No importa de qué tipo de misterio se trate, siempre hay creyentes para infinidad de misterios, y quienes creen en ellos siempre encuentran argumentos para creer que lo que creen es la realidad. 

  La realidas más inmediata y más necesaria para el Hombre es su vida de cada día, la vida de conseguir lo necesario para sus diferentes necesidades y para solucionar sus problemas, la vida del desarrollo de sus potenciales, su vida espiritual. Para esa vida, dedicarnos a intentar desvelar los misterios que son irresolubles es una pérdida de energía y de tiempo, y es caer en multitud de laberintos de confusión, lo cual es un obstáculo para el conocimiento y para la comprensión de la parte de la realidad que sí que podemos conocer y comprender, una comprensión con la que tenemos suficiente para todo lo que nos hace plenos y para todo lo que puede acercarnos a la liberación y a la armonía con el fluir natural del Universo, pues la parte de la realidad que podemos conocer y comprender está compuesta por los mismos aspectos y elementos, y regida por las mismas leyes, que la parte de la realidad que nos resulta un misterio incomprensible.