viernes, 18 de febrero de 2022

DESPUÉS DE LOS SUEÑOS

 


  En la vida de toda persona hay una etapa fuertemente dominada por los sueños. Sueños de ser, de tener, de hacer, de un mundo mejor. En todos los sueños se mezclan, en proporciones diferentes, los siguientes aspectos: 


*El impulso de desarrollar nuestros potenciales naturales.

 

*El deseo de poder vivir en mundo a nuestra medida. 


  *El deseo de ser amados y admirados.


  *Nuestra bondad y nuestra compasión. 


  Cuando se intenta conseguir lo soñado pronto empiezan los obstáculos. Aparece la necesidad de conseguir aquello que necesitamos para nuestra subsistencia y para conseguir algunos placeres que consideramos necesarios. Aparecen los obstáculos que nos ponen los demás. Aparece el hecho de que muchas veces los demás nos admiran poco, nos aman poco, o incluso nos desprecian. Aparecen los conflictos. Aparece el precio que pagamos por conseguir aquello que intentamos conseguir. Aparece el hecho de que aquello que conseguimos, con el paso del tiempo va perdiendo capacidad para satisfacernos. 


  Todos estos aspectos van reduciendo la energía de nuestros sueños, y llega un momento en el cual abandonamos nuestros sueños.(  Quien no los abandona es un iluso, o un fanático, o un loco). Mientras duran los sueños, las esperanzas por alcanzarlos y las alegrías de lo conseguido sostienen nuestra vida. 

  ¿Qué nos queda después de abandonar nuestros sueños?


  *Nos queda la frustración, la decepción, la tristeza, la desconfianza, el escepticismo.


  *Nos quedan diferentes heridas sin cerrar. 


   *Nos quedan ciertos placeres, aunque sólo algunos nos hacen soportable el dolor. 


   *Nos quedan las personas que sienten afecto por nosotros y algunas personas afines. 


   *Nos quedan las lecciones aprendidas y el camino hacia la sabiduría. 


   *Nos queda nuestro mundo interior, nuestro camino espiritual.



     

  

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