Si tomamos plena conciencia de la situación actual no sólo veremos los diferentes peligros que amenazan a la sociedad y a los individuos, sino que también veremos las grandes dificultades para evitarlos y para acabar con sus causas.
Si tomamos plena conciencia de las necesidades, de los deseos y de las creencias, veremos cuales son los dominantes. También veremos las dificultades para conseguir lo necesario y lo deseado y para imponer las propias creencias, así como los conflictos a los que éstas dificultades dan lugar y, además, veremos como aunque se consiga lo necesaio o lo deseado, pronto dejan de resultar suficientes.
Si tomamos plena conciencia veremos los peligros y las dificultades y como se relacionan con las necesidades, con los deseos y con las creencias.
En toda sociedad, sus principales aspectos, tanto los que consideramos como ventajas como los que consideramos como peligros, ses deben a lo dominante en esa sociedad. Sin embargo, la solución a los peligros nunca puede venir de los dominante, pues lo dominante los ha creado y por lo tanto no puede acabar con ellos, sino de lo minoritario, pero en estos momentos, lo minoritario muestra poca capacidad para ser alternativa a lo dominante.
Ante esta situación, lo más sólido, lo más sereno, lo más pacífico, lo más espiritual, que el individuo tiene es su capacidad para escapar a esta situación y vivir caminando hacia su propio horizonte.
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