Quien serenamente observa desde las tramas de las creencias y de las ilusiones, en su soledad va descubriendo los horizontes de la realidad.
Se miente para evitar castigos, para conseguir premios, para conseguir éxitos y deseos placenteros. Se miente porque el mentiroso muchas veces consigue lo que desea, pues encuentra quienes creen sus mentiras.
En las visiones que el Hombre tiene de las cosas, suelen tener más peso la ilusiones y las creencias que la realidad. En esta situación las mentiras se pueden mover fácilmente sin ser descubiertas o sin sir ser condenadas o rechazadas cuando se descubren. El mentiroso sólo tiene que conocer cuales son las creencias y las ilusiones de aquellos a los que pretende engañar, y saber decirles lo que quieren oír, y mientras los engañados consigan del mentiroso algo que para ellos sea valioso, no condenarán ni rechazarán sus mentiras, y los engañados acabarán considerándolas como verdades, pues para la mayoría de los seres humanos, la verdad no es la realidad, sino que la verdad es todo aquello que permite conseguir lo deseado.
Aunque existen muchas dificultades para saber qué es la verdd, y nunca podemos conocer toda la realidad, siempre hay una parte de la realidad que conocemos y a la que consideramos que es la verdad. Establecida esta verdad, las dificultades con ella consisten en ser capaces de aceptarla y de vivir conforme a ella, y en la medida en la que no la aceptemos y en la medida en la que tengamos dificultades para vivir conforme a ella, surgirán las creencias, las ilusiones, y el terreno abonado para las mentiras.
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