Lo activo crea semillas y deja que salgan fuera.
Lo receptivo las acoge y deja que germinen y que crezcan.
En cada persona, de manera particular pero natural, éstos dos principios (Yang y Yin), se alternan y se complementan, y entonces todo surge y prospera.
El artificio, el conflicto, la esterilidad, o el que las cosas se malogren, se producen cuando dentro de nosotros en cualquiera de éstos dos principios se da un exceso o una carencia.
A veces intentamos que uno venza al otro, a veces buscamos la manera de equilibrarlos. ¿Por qué dentro de nosotros se dan éstos excesos y éstas carencias?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario