En el camino de nuestra vida, de vez en cuando somos concientes de que existen dentro de nosotros sentimientos que nos resultan dolorosos, y a los que consideramos producidos por debilidades y defectos, y luchamos para acabar con esos culpables internos. Pero no son eso, son parte del camino que todavía tenemos que andar, y no avanzamos cuando alcanzamos victorias, sino sólo cuando son comprensiones lo que alcanzamos.
Cuanto más sensible es la piel de nuestros pies, más sensaciones captamos de cada paso que damos, pero más dolor nos producen las piedras y los cardos. ¿Nos descalzamos o reforzamos el calzado? Hagamos lo que hagamos, sólo aprendemos caminando.
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