El jilguero, afanoso, busca alimento, pero para él no es un misterio como y donde encontrarlo, aunque a veces es una dificultad. La mayoría de las personas buscan todo aquello que creen que necesitan o que le resultará suficiente, pero para conseguir lo suficiente siempre hallan un impedimento en forma de misterio.
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Para todo es necesario un grado de conocimiento. Cuando lo usamos para conseguir cosas exteriores, cuanto mayores son nuestros conocimentos más cosas podemos conseguir, cuantas más cosas conseguimos, mayor es el grado de destrucción, de desequilibrio y de perturbación que provocamos.
El Hombre cada vez conoce más, sin embargo, los grandes misterios siguen sin desverlarse, y van apareciendo ante nosotros nuevos misterios, y aunque algunos misteriores menores se han desvelado, cada vez es más larga la lista de misterios.
La gran mayoría de las personas ponen más empeño en conocer los misterios que en armonizar con lo que ya conocen. Todas éstas personas tienen la esperanza, consciente o inconsciente, de que SÓLO es necesario conocer el misterio para acabar con los problemas y para conseguir lo necesario y lo suficiente.
De ésta manera, el Hombe va conociendo cada vez más, pero cada vez es más lo que no comprende. Sin comprender no se puede aceptar la realidad, y así el Hombre ni se libera ni armoniza. Y el Hombre no es consciente, de que aceptando y armonizando con lo que ya conoce, tiene lo necesario y lo suficiente.
Lao Tse nos dice:
"Sin abrir tu puerta
puedes abrir tu corazón al mundo.
Sin mirar por tu ventana,
puedes ver la esencia del Tao.
Cuanto más conoces,
menos comprendes."
(Tao Te King. Cap. 47)
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