La magia, la religión y la ciencia, de la que deriva la tecnología, pese a sus muchas diferencias, presentan dos grandes aspectos en común: Se trata de medios para conseguir ayudas y para adquirir conocimientos, unos conocimientos que casi siempre se usan de ayuda para conseguir unos objetivos.
Aquí se nos presenetan dos grandes cuestiones:
¿Por qué muchas personas creen que necesitan esas ayudas?
¿Por qué unas personas buscan ayuda en la magia, otras en la religión, y otras en la ciencia?
Frente a todo ésto está la sabiduría que se adquiere por medio de la espiritualidad, (incluso la que adquieren aquellas personas que combinan la espiritualidad con la magia, con la religión, con la ciencia), y está la sabiduría de las instuiciones. La persona que sigue un camino realmente espiritual no utiliza la sabiduría para conseguir ayudas, sino para el desarrollo y para la transformación de su mundo interior, para armonizar con la conciencia, para armonizar con el Universo, sea cual sea el nombre que le de al Universo: Tao, Absoluto, Divinidad, Dios...
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