Quien no tiene demandas ni para sí ni para otros, tampoco hace ofertas.
Las ofertas sólo las hace quien tiene demandas para sí o para otros, y las hace porque hay quien demanda lo que él ofrece, o bien para conseguir algo.
El que hace una oferta que no tiene demanda no consigue nada.
Cuando el oferente y el demandante negocian, las condiciones las pone el más fuerte, el cual también es el que menos necesita.
Cuando en las relaciones entre dos o más personas, cada una da lo que tiene y a los demás les resulta suficiente, no hay negociaciones ni condiciones.
Cuando el oferente no encuentra los demandantes que busca, o cuando los que encuentra no se le someten gustosamente, a veces recurre a diferentes presiones, pero sólo a veces convence, y nunca convence del todo.
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