Consideramos que una persona es humilde cuando no se cree mejor ni superior que nadie. También relacionamos a la humildad con la sencillez.
*Cuando vemos a la humildad como una virtud moral, a veces se esconde la siguiente dinámica:
Despreciamos, odiamos, a los vanidosos, a los arrogantes, a los prepotentes, mientras que admiramos, premiamos y amamos a las personas humildes porque no son un obstáculo a la hora de conseguir nuestros deseos, y porque a veces nos ayudan a conseguirlos sin predirnos nada o poco a cambio. Esto puede llevar a algunas personas a mostrarse humildes para que los demás les admiren, les premien y les amen. Por otra parte, a veces las personas se muestran humildes por miedo a la hostilidad o a los castigos de los demás.
*La verdadera humildad es sabiduría y reducción de la fuerza de nuestro ego. Sabiduría cuando comprendemos que las cosas y las personas son igualmente necesarias y complementarias. Si vemos y aceptamos nuestra posición en el Universo y en la sociedad, eso nos vuelve naturalmente humildes. Reducimos la fuerza de nuestro ego cuando reducimos nuestros deseos y cuando buscamos la aceptación y la armonía.
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