Unas veces somos expansivos, y otras veces nos resistimos a las expansiones de los demás.
Unas veces somos seductores, y otras veces somos seducidos.
Unas veces somos vendedores, y otras veces somos compradores.
Y algunas veces comprendemos y aceptamos, al menos una parte de nuestra verdadera naturaleza, y entonces empezamos a liberarnos de nuestras propias dependencias. Y al liberarnos de nuestras dependencias, nos liberamos también de las cadenas ajenas.
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