miércoles, 18 de marzo de 2020
LIBERTADES DE LA SOLEDAD
Entre las muchas características de nuestra sociedad, hay dos sobre las que es conveniente reflexionar a fondo:
*Por un lado la obsesión por hacer. Hacer siempre hacer, en todo ámbito, en todo lugar, a solas o en compañía.
*Por otro lado la actitud pasiva ante las pantallas del ordenador, del móvil y de la televisión. Una actitud de ser sólo espectadores en busca de evasiones y de espectáculo, de espectadores que se creen con el derecho sagrado a que esas pantallas les causen placeres intensos y banales, y sobre todo, a que les liberen de su aburrimiento.
La pandemia actual nos obliga a todos a la reclusión, a la soledad, y con ello nos obliga a buscar posibilidades a esa soledad.
Como ya no se pueden hacer tantas cosas, sería conveniente que se substituyera el hacer por el reflexionar.
Las limitaciones de nuestros movimientos fácilmente nos puede llevar a pasar todavía más tiempo delante de las pantallas, y aquí la posibilidad estriba en susbtituir la actitud pasiva de espectadores en busca de espectáculo, por una actitud verdaderamente receptiva ante el mundo que nos rodea y ante nuestro propio mundo interior. Es muy conveniente que distingamos entre pasividad y receptividad.
La soledad ofrece muchas más posibilidades de las que en principio creen los obsesionados con el hacer y los espectadores pasivos de las pantallas, y el verdadero aburrimiento consiste en no descubrir esas posibilidades.
Para descubrirlas propongo que cada cual se haga una lista por escrito de las posibilidades de la soledad, así descubrirá que dentro de él mismo existen muchas más posibilidades de las que se pensaba.
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