Ya hemos visto como lo visible activa, despierta, muchas de nuestras profundidades invisibles, las cuales son muchas. Ahora intentemos ver las relaciones entre lo visible y lo invisible partiendo de lo visible para, retrocediendo en el tiempo, irnos acercando a la comprensión de lo invisible.
Para ello, cojamos alguna situación de nuestra vida en la que algo visible activó una de nuestras partes invisibles. Si escogemos una situación agradable el recuerdo placentero nos facilitará la labor deductiva. Ahora vayamos retrocediendo desde lo visible hacia lo invisible, paso a paso, etapa a etapa. Veamos como las diferentes etapas se van enlazando en un proceso de causa y efecto, hasta llegar a la parte invisible que se nos despertó.
Imaginemos que la parte invisible que se nos despertó es una mariposa posada en una flor. ¿Qué es lo que impulsó a la mariposa a volar alegre y serena?
Dejemos que hagan su labor deductiva la visión sencilla, la serenidad y el tiempo, confíemos en ellos, a través de ellos nuestra mente consciente e inconciente y nuestra conciencia nos facilitarán la comprensión más profunda.
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