lunes, 21 de octubre de 2019
VIRTUDES Y DEFECTOS
Sólo lo que tiene virtudes puede tener defectos.
Cómo lo natural no tiene virtudes tampoco tiene defectos.
-Aunque sabes mucho, supongo que no eres perfecto. ¿Cuáles son tus virtudes y tus defectos, profesor? -Preguntó uno de los alumnos.
-No lo se. -Contestó el viejo profesor.
-Pues claro que lo sabes, lo que pasa es que no quieres reconocer tus defectos ni parecer vanidoso hablando de tus virtudes. -Dijo el mismo alumno.
-Os propongo un experimento sencillo. Coged un papel en blanco y, de forma anónima y con lenguaje respetuoso, escribid en él las que según cada uno de vosotros son mis virtudes y mis defectos.
-Dijo el viejo profesor.
Los alumnos estuvieron encantados con el experimento y se pusieron a escribir. Cuando acabaron, dos alumnos recogieron los papeles doblados y ellos mismos procedieron a abrirlos y a decir los defectos y las virtudes, las cuales otro alumno iba escribiendo en la pizarra en dos columnas. La lista no fue muy larga, sin embargo, cuando la lista estuvo completa, algunos alumnos se sorprendieron de algunos de los defectos y de algunas de las virtudes, y el viejo profesor les dijo:
-Las virtudes que aparecen se deben a dos cosas: Por un lado al hecho de quienes las habéis escrito también las reconocéis como virtudes propias. Por otro lado, algunas de esas virtudes se deben a que creéis que os he puesto buena nota, o que una vez no os castigué, o que fui comprensivo con vosotros, y a cosas por el estilo. En cuanto a los defectos, se deben a muchos de vosotros no estáis de acuerdo con mis ideas, a que las creéis contrarias a las vuestras, y también a que os he puestos notas que consideráis injustas, o a qué creéis que no os he tratado con justicia. -Dijo el viejo profesor.
-¿Y qué conclusiones quieres que saquemos? -Preguntó una alumna.
-Que las virtudes y los defectos no son cosas tangibles o medibles, sino que son opiniones y juicios que los demás hacen sobre nosotros. Hagáis lo que hagáis, penséis lo que penséis, a unos les parecerán virtudes y a otros defectos, pues cada cual juzga en función de sus creencias y de sus intereses. -Respondió el viejo profesor.
-¿Eso quiere decir que hagamos siempre aquello que juzguemos más conveniente?. -Preguntó la misma alumna.
-Efectivamente. Pero tengo que deciros algo más. Ante algo tan relativo, como son las opiniones sobre los defectos y las virtudes, no hay que gastar energías en alabar las virtudes y en condenar los defectos, sólo es necesario protegerse con quienes quiera hacernos daño. Por lo demás: Conciencia, horizonte, libertad y camino.
-Concluyó el viejo profesor.
"No te creas malo y no quieras ser bueno" (Proverbio chino)
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