jueves, 31 de octubre de 2019
EL CUENTO DEL DESTINO
Unos días después, el viejo profesor, Sofía y Clío se volvieron a reunir para charlas, y ese día el tema dominante fue el Destino.
Sofía defendía con argumentos muy sólidos, que el Destino no existía, que todo dependía de dos cosas: De las situaciones que el Universo, la Naturaleza y la sociedad creaban, y de la actitud y de las formas con las que el individuo se relacionaba con esas situaciones.
Clío, por el contrario, defendía también con argumentos muy sólidos que a ella la historia le demostraba que había algo más que determinaba la vida de los individuos y de las sociedades, y que ese algo más era el Destino.
El viejo profesor, en vez de tomar partido por una de las dos, les explicó el siguiente cuento:
"El Sabio del Destino tenía cada vez más trabajo debido al crecimiento del número de los humanos, buscó un grupo de ayudantes, a los cuales una vez reunidos, les dijo lo siguiente:
-Voy a daros el poder de decidir el Destino de los seres humanos. Pero hay poderes hay un poder que nos está negado: No tenemos ningún poder sobre la conciencia pues la conciencia es algo que sigue unos cauces que se escapan al Destino.
-¿Y cuáles serán nuestros poderes? -Preguntó uno de los ayudantes:
-Tendréis cinco poderes que podréis utilizar según vuestro criterio:
* Podréis conceder a cada individuo la inteligencia que consideréis oportuno.
* Podréis conceder a cada individuo más o menos ambición y energía.
* Podréis conceder a cada individuo su actitud ante los valores morales sociales.
* Podréis inculcar a cada individuo su mayor o menor valoración de la razón y de las emociones.
* Podréis decidir el lugar y la época del nacimiento de cada individuo, así como su familia.
Como veis, se trata de los ingredientes de un cóctel y vosotros seréis los cocteleros. -Concluyó el Sabio del Destino.
Los ayudantes quedaron muy pensativos, y el Sabio del Destino les dejó solos para que siguieran reflexionando. Cuando los ayudantes salieron de estas reflexiones esperaron que el Sabio del Destino volviera para darles más instrucciones y, sobre todo, para transmitirles su sabiduría. Pero pasó el tiempo y el Sabio del Destino no apareció, y entonces decidieron que tendrían que encargarse ellos mismos del Destino de los seres humanos, y hacerlo con la poca sabiduría que tenían, ir probando y esperar que con el paso de los siglos fueran adquiriendo más sabiduría."
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