ORDEN Y CAOS

    Como muestra del orden cósmico, el sol sale cada mañana.

    También el comportamiento de los seres vivos tiende al orden.

   Sin orden no hay posibilidades de que la vida exista, y la vida se rige por un orden.

    La sabiduría busca la comprensión del orden, y permite que cada cosa ocupe el lugar que naturalmente le corresponde, pues ese es el orden natural de las cosas.

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  -¿Qué es el mundo, un orden o un caos? -Preguntó un alumno. 

  -Un Gran Orden nacido de un Gran Caos, o al menos eso es lo que dicen los diferentes mitos sobre la creación, y también la ciencia con su teoría del Big Bang. -Contestó el viejo profesor.

  -Pues a mi todo me parece un caos. -Dijo otra alumna.

  -Veréis, no puede ser un caos porque entonces no existiría la vida, para que exista la vida se tienen que dar unas condiciones de orden. A veces, cuando observáis algún fenómeno en la Naturaleza, como por ejemplo una tormenta o un ciclón, os parece algo caótico. Sin embargo, no lo es. Por un lado, porque son formas del funcionamiento natural del Orden, y por otro lado, porque al cabo de un tiempo, cualquier fenómeno de la Naturaleza o del Universo que nos parezca un caos da lugar al orden, a veces al viejo orden, a veces creando uno nuevo. -Contestó el viejo profesor. 

-Pero yo sigo viendo mucho caos. -Dijo la misma alumna.

-La mayoría de la gente llama caos a todas aquellas situaciones que no puede controlar, que no puede dirigir a su gusto. Por lo tanto, no se trata de caos reales, sino de opiniones subjetivas. -Dijo el viejo profesor. 

  -¿Y todo eso qué importancia tiene para la vida de las personas, para la vida de las sociedades?. -Preguntó otro alumno en un tono claramente despectivo. 

  -Tanto ante el Orden, como ante los caos parciales o aparentes, el Hombre intenta tres cosas: Por un lado, apartarse o protegerse. Por otro lado controlarlos para evitar sus consecuencias destructivas o dolorosas. Y sobre todo, intenta crear órdenes que se ajusten a sus deseos y a sus creencias. Y la consecuencia de estos dos intentos de control son los diferentes artificios sobre los que está construida nuestra sociedad. ¿Te parecen pocas consecuencias? -Dijo el viejo profesor. 

 -Y claro, está la opción de vivir en armonía con el Orden, ¿No?
-Dijo irónico el mismo alumno.

 -Si, y eso tendría consecuencias totalmente diferentes. -Dijo el viejo profesor. 

  -¿Cuáles? -Preguntó el mismo alumno en tono escéptico.

  -Aquellas que sólo ve quien se libera de sus desprecios, de sus ironías y de sus escepticismos, o aquel que se serena y es receptivo a todos los aspectos del Orden. El liberado y el sereno aprenden y encuentran horizontes y caminos, los demás quedan sometidos al soplar del viento, como la hojas secas en otoño. -Concluyó el viejo profesor con una sonrisa amable que consiguió no enfadar al alumno aludido. 

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    Al día siguiente, la clase comenzó con las siguientes intervenciones de los alumnos: 

  -Mi vida es un caos, intento evitarlo pero no puedo, y eso que me dan muchos consejos, he buscado mucha información, he intentado seguir algunos métodos, ¿Qué puedo hacer? -Dijo un alumno. 

  -Yo siempre estoy agitada, también me dan muchos consejos, me dicen que se trata de mis emociones, que tengo que aprender a gestionarlas, y me dan consejos para ello, yo intento seguirlos, busco información...Pero no lo consigo ¿Qué puedo hacer? -Dijo una alumna.

  -Yo no sé qué hacer con mi vida, no sé qué camino tomar, mi mente y mis emociones son pura confusión. Yo busco también soluciones, y todo son consejos, pero sigo sin tener nada claro. ¿Qué puedo hacer? -Dijo otro alumno. 

  -Yo tengo dudas entre dos caminos y no encuentro la manera de aclararme, cuando parece que me he decidido por uno, pronto aparecen en mi mente un montón de dudas, y cuando escojo el otro, pues lo mismo, y yo también he pedido consejos y me he informado a fondo. ¿Qué puedo hacer? -Dijo otra alumna. 

  El viejo profesor ya sabía que se trataba de los típicos problemas de los jóvenes, pero se lo tomó muy en serio, por un lado porque para sus alumnos esos problemas eran algo muy importante, y por otro lado, porque eran muchos los adultos que tenían esos mismos problemas, así acabó por decirles: 

  -No hagáis nada. 

  -¡Pero profesor!... -Dijeron todos en tono de decepción y de queja.

  -Si estuvieráis en la costa junto a un mar embravecido, ¿Qué  haríais para calmarlo? -Preguntó el viejo profesor. 

  -Pues yo creo que no haría nada. -Contestó un alumno. 

  -¿Y tú crees que sin que nadie hiciera nada, el mar se calmaría y surgiría un horizonte azul? -Preguntó el viejo profesor. 

  -Pues yo creo que sí. -Respondió el mismo alumno. 

  -Pues nada es lo que hace el Caos y así se convierte en Orden. Nada es lo que hace el Orden y así no surgen los problemas. Nada es lo que hace el sabio y de forma natural nacen las soluciones. 
 -Concluyó el viejo profesor. 

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    Surgieron el Misterio, el Caos, el Orden y el Universo. Los magos, los profetas, los sacerdotes, lo filósofos, los científicos, todos ellos creen porque no saben nada. El sabio y el armónico se dejan llevar e intuyen la verdad. ¿Pero quién sabe algo? Sólo lo sabe la Nada.