jueves, 31 de octubre de 2019
EL CUENTO DEL DESTINO
Unos días después, el viejo profesor, Sofía y Clío se volvieron a reunir para charlas, y ese día el tema dominante fue el Destino.
Sofía defendía con argumentos muy sólidos, que el Destino no existía, que todo dependía de dos cosas: De las situaciones que el Universo, la Naturaleza y la sociedad creaban, y de la actitud y de las formas con las que el individuo se relacionaba con esas situaciones.
Clío, por el contrario, defendía también con argumentos muy sólidos que a ella la historia le demostraba que había algo más que determinaba la vida de los individuos y de las sociedades, y que ese algo más era el Destino.
El viejo profesor, en vez de tomar partido por una de las dos, les explicó el siguiente cuento:
"El Sabio del Destino tenía cada vez más trabajo debido al crecimiento del número de los humanos, buscó un grupo de ayudantes, a los cuales una vez reunidos, les dijo lo siguiente:
-Voy a daros el poder de decidir el Destino de los seres humanos. Pero hay poderes hay un poder que nos está negado: No tenemos ningún poder sobre la conciencia pues la conciencia es algo que sigue unos cauces que se escapan al Destino.
-¿Y cuáles serán nuestros poderes? -Preguntó uno de los ayudantes:
-Tendréis cinco poderes que podréis utilizar según vuestro criterio:
* Podréis conceder a cada individuo la inteligencia que consideréis oportuno.
* Podréis conceder a cada individuo más o menos ambición y energía.
* Podréis conceder a cada individuo su actitud ante los valores morales sociales.
* Podréis inculcar a cada individuo su mayor o menor valoración de la razón y de las emociones.
* Podréis decidir el lugar y la época del nacimiento de cada individuo, así como su familia.
Como veis, se trata de los ingredientes de un cóctel y vosotros seréis los cocteleros. -Concluyó el Sabio del Destino.
Los ayudantes quedaron muy pensativos, y el Sabio del Destino les dejó solos para que siguieran reflexionando. Cuando los ayudantes salieron de estas reflexiones esperaron que el Sabio del Destino volviera para darles más instrucciones y, sobre todo, para transmitirles su sabiduría. Pero pasó el tiempo y el Sabio del Destino no apareció, y entonces decidieron que tendrían que encargarse ellos mismos del Destino de los seres humanos, y hacerlo con la poca sabiduría que tenían, ir probando y esperar que con el paso de los siglos fueran adquiriendo más sabiduría."
miércoles, 30 de octubre de 2019
EL "LABERINTO DEL CINCO"
El viejo profesor, su mujer, Sofá, y la amiga de ambos, Clío, se hallaban charlando animadamente en la casa de ésta última, la cual decía:
-He observado que la Humanidad vive dentro de un laberinto de contradicciones las cuales la gran mayoría de las personas les resultan irresolubles y provocan los conflictos y todas sus consecuencias, así como la destrucción medioambiental, a este laberinto yo le llamo el "Laberinto del Cinco"
-Explica en qué consiste, por favor. -Pidió Sofía.
-En realidad vosotros ya lo conocéis, pero veamos con detenimiento en qué consiste:
El primer aspecto es la felicidad. Para la gran mayoría de las personas es el objetivo máximo, el objetivo al que subordinan sus vidas. Para ser felices creen que necesitan cuatro grandes cosas.
1ª) Tener resueltas todas sus necesidades de supervivencia.
2ª) Conseguir los deseos que no son necesarios para la supervivencia.
3ª) Sentirse amados.
4ª) Sentirse libres.
¿Estáis de acuerdo en esto? -Preguntó Clío, y el viejo profesor y Sofía asintieron, con lo cual Clío continuó:
-Cubrir las necesidades de supervivencia en realidad requiere solamente trabajo en colaboración amistosa, pero el Ser Humano no acepta como natural ese trabajo, y así, unas veces quiere librarse de él, y otras veces pretende que sean otros los que lo hagan, y la mayoría de las veces cree que la mejor manera de conseguir lo deseado es de forma individual, forma que la mayoría de las personas asocian con la libertad. -Dijo Clío.
-Como el Ser Humano no acepta lo natural a la hora de conseguir sus necesidades de supervivencia, como no acepta que con ellas cubiertas ya tiene suficiente, pues el Hombre lleva dentro de sí todo lo que necesita para desarrollar aquello que realmente es, y cómo no valora lo que realmente es, el Ser Humano se dedica a buscar la felicidad a través de conseguir cosas que realmente no necesita.
-Dijo el viejo profesor.
-Pero el Ser Humano necesita sentirse amado y sentirse libre. Necesita sentirse amado porque es un ser social que no sobreviviría si no es amado, y necesita amar, pues si no desarrolla su capacidad de amar no es un Ser Humano completo. Y necesita sentirse libre para poder desarrollar todas sus potencialidades. -Objetó Sofía.
-Es cierto que necesita sentirse amado y libre. Pero estas dos necesidades las ha convertido en una contradicción irresoluble. Así, para conseguir ser amado, el individuo tiene que hacer cosas que le restan libertad, cosas que muchas veces no quiere hacer, cosas que muchas veces entran en contradicción con su propia conciencia o que le obstaculizan el desarrollo de su mundo interior. -Dijo el viejo profesor.
-Si, esa es una profunda contradicción en la cual no necesita caer y de la cual puede salir si acepta lo natural, sobre todo lo natural que lleva dentro de sí mismo. A mi modo de ver, el Ser Humano está dotado de forma natural de sentimientos compasivos, y esos sentimientos compasivos cada vez que ve que alguien corre peligro o cada vez que ve que alguien sufre. Pero el individuo no se conforma con recibir esa compasión, quiere ser amado de forma única, de forma exclusiva, y además, quiere ser amado por determinadas personas. Pero, centrados en conseguir aquello que realmente no necesitan, la mayoría de las personas desarrollan poco su compasión y, sobre todo, sólo aman a cambio de conseguir algo por ello. En nuestra sociedad no se ama a nadie porque sea libre, se le ama a cambio de que nos proporcione o nos facilite algún deseo, en especial esos deseos de cosas que realmente no necesitamos. Y sin darnos cuenta de estos mecanismos que nos dominan, nos dedicamos a quejarnos del comportamiento ingrato, egoísta o inmoral de los demás, ya que es más fácil la queja y la crítica que el comprender a fondo los mecanismos que dirigen nuestros pensamientos, nuestras creencias y nuestro comportamiento. -Dijo Clío.
-Estoy de acuerdo, y también veo que este "Laberinto del Cinco" provoca un sinfín de contradicciones y conflictos, y sobre todo de confusiones y de creencias falsas. ¿Pero cómo escapar a eso? -Dijo Sofía.
-Yendo a la base de todo: La falta de aceptación del flujo natural de las cosas y la falta de valoración de la verdadera naturaleza humana. Esa falta de aceptación y de valoración ha dado lugar a un sinfín de artificios, de esos artificios de los que nos sentimos tan orgullosos, pues nos hacen sentirnos seres superiores, los reyes de la creación, los hijos predilectos de los dioses, a esos artificios es a lo que llamamos civilización, cultura, progreso, inteligencia y moralidad, y desde esos artificios el Ser Humano actual quiere encontrar soluciones a sus problemas, sin darse cuenta de que esos problemas se deben precisamente a todos los artificios que ha creado. -Dijo el viejo profesor, y los tres guardaron silencio, un silencio dirigido a ver dentro de sí mismos los artificios que llevaban dentro, sobre todo aquellos de los que eran menos conscientes.
lunes, 28 de octubre de 2019
EL CUENTO DE LA GRAN ESCUELA
-Esto de llevar toda la vida estudiando es un "rollo". ¿Se acabará alguna vez? -Preguntó en tono aburrido uno de los alumnos.
-Nunca. Cuando acabes de estudiar en los libros y en las aulas, tendrás que seguir estudiando en la vida. Verás, tengo un cuento sobre eso. -Dijo el viejo profesor.
"En tiempos inmemoriales cuando todos los seres vivos, incluídos los primeros hombres, morían, sus espíritus iban todos al Mundo de la Plenitud, y allí, antes de pasar a vivir en la Plenitud Absoluta, eran destinados a un lugar al que llamaban las Verdes Praderas, allí todos ellos tenían que estudiar un curso en el que se impartían las asignaturas de Convivencia Respetuosa, Bondad Espontánea, Sencillez Alegre y Natural, Soledad Serena, Sabiduría, Libertad y Armonía, y quienes las aprobaban pasaban a vivir en la Plenitud Absoluta, y los demás continuaban en las Verdes Praderas obligados a repetir curso.
Pero las Verdes Praderas empezaron a llenarse de repetidores, y los profesores empezaron a preocuparse. Reunidos en asamblea, uno de ellos dijo:
-Necesitamos urgentemente más profesores, o más espacio en las Verdes Praderas, y la razón principal consiste en que desde que apareció el Hombre en la Tierra, la gran mayoría de los que llegan repiten y "tripiten" curso, y yo tengo algunos que ya han suspendido más de diez cursos ¿Qué podemos hacer?
-Pues lo de conseguir más profesores lo veo difícil, pues no hay casi nadie que quiera renunciar a la Plenitud Absoluta para hacer de profesor, dicen que allí viven muy bien. -Dijo otro de los profesores.
-Pues lo de conseguir más espacio en las Verdes Praderas aún lo veo más difícil, no hay manera de encontrar más, ya está ocupado todo el que tenemos. -Dijo una profesora.
La asamblea se suspendió con el acuerdo de que cada profesor se dedicara a buscar soluciones y las expusiera en la siguiente asamblea. Cuando se volvió a reunir la asamblea, un grupo de profesores traía una idea, y su portavoz la expuso:
-Creemos que la única solución posible es enviar a los que suspendan de vuelta a la Tierra, es decir, que vuelvan reencarnados, a ver si viviendo allí otra vida, u otras vidas, si es necesario, aprenden algo y cuando lleguen otra vez a las Verdes Praderas están en mejores condiciones de aprobar el curso para pasar a la Plenitud Absoluta.
Después de discutir sobre los pros y los contras, la asamblea de profesores aprobó está propuesta, y de momento han conseguido cierto alivio pues las Verdes Praderas ya no están abarrotadas, y ahora algunos espíritus humanos más aprueban el curso."
-Un buen cuento profesor, además con buen humor. -Dijo el mismo alumno.
-Pues sí, tan bueno como el que nos cuentan los diversos mitos, las diversas creencias, o lo que da por cierto la ciencia y lo que especula la filosofía. - Concluyó el viejo profesor.
domingo, 27 de octubre de 2019
CUENTOS DEL FUTURO
-Profesor, cuéntanos otro de tus cuentos, pero que sea del futuro, pues los tuyos me parecen más interesantes que las películas de ciencia ficción. -Pidió uno de los alumnos.
-Veréis, pese a la literatura y las películas de ciencia ficción, los cuentos del futuro todavía están por escribir, lo que hay escrito son visiones de posibles futuros, y de hecho, cada uno de nosotros ha de escribir el suyo o los suyos propios. Todos nacemos con un personaje de cuento dentro, o con un personaje mitológico si lo prefieres. Unas veces tardamos en reconocerlo y vivimos como personajes que no son el nuestro, y hay quien se disfraza de lo que no es para protegerse, para que le quieran, o para conseguir sus ambiciones. Otras veces nos cuesta trabajo desarrollar plenamente nuestro personaje. Otras veces nuestro personaje evoluciona, e incluso esa evolución puede ser tan grande que desarrollemos un nuevo y auténtico personaje. -Dijo el viejo profesor.
-Así que según tú, somos personajes de cuento y a la vez escritores de cuentos. Explícate por favor. -Pidió el mismo alumno.
-Como ya os he dicho, todos llevamos dentro un personaje de cuento. Ese personaje es el protagonista en el cuento que nosotros escribimos, es decir, en nuestras propias vidas, y un comparsa en el cuento que escriben los demás. -Contestó el viejo profesor.
-¿Quien es el verdadero personaje, pues la gente se disfraza y disimula? -Preguntó una alumna.
-Está el personaje que mostramos a los extraños. Está el personaje que mostramos a nuestros seres queridos, a nuestros amigos. Está el personaje que nuestro ego y nuestra mente creen que somos, pero todos esos personajes son falsos, son solamente nuestros egos y nuestras mentes, pues también tenemos espíritu y conciencia, pero el espíritu y la conciencia pocas veces se imponen en toda su plenitud, y el día que se impongan, la vida dejará de ser un cuento y todo será realidad. Por todo esto, eso que creemos que es la vida real, se puede explicar fácilmente como si fuera un cuento de esos de "Érase que se era, hace mucho, mucho tiempo, en un país lejano, muy lejano..."-Contestó el viejo profesor.
"-O érase ahora y aquí, un viejo profesor que..." -Dijo aguda, irónica y amable una de las alumnas.
Y el viejo profesor sonrió complacido, pues le habían visto las verdaderas intenciones que ocultaba detrás de la máscara de su personaje, un personaje que cada vez tenía menos de aquel con el que nació, o al menos eso era lo que decía su mujer, Sofía.
sábado, 26 de octubre de 2019
UN CUENTO EUROPEO
Sobre ideales humanistas de libertad y de ciencia, y despreciando a la Naturaleza, Europa desarrolló su pensamiento propio a partir del siglo XV, (el cual resucitó del pensamiento griego y romano antiguo), y lo expandió junto con su dominio económico y militar por todo el mundo desde que Colón llegó a América, y al expandirse se produjeron, entre otras muchas consecuencias, dos hechos significativos: Por un lado derrotó a potencias como China y la India, y por otro lado el pensamiento oriental salió de China y de la India llegando a todas partes.
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-Supongo que también habrá un cuento europeo, ¿no?- Preguntó un alumno al viejo profesor.
-Pues sí, también los hay:
"A principios del siglo XVII, cuando las potencias europeas llevaban ya un siglo de expansión dominadora por América, y empezaban a expandirse por África y Asia, en una universidad europea de mucho prestigio, había un gran profesor. Era tal su prestigio, que tras sus clases de la mañana, por las tardes organizaba conferencias en la mayor de la aulas de la universidad. Escribía libros que se vendían muy bien entre los estudiantes y entre los nobles y los burgueses amantes de la cultura y del conocimiento, y en torno a sus ideas se producían largos y controvertidos debates.
Tuvo muchos discípulos destacados: Algunos fueron ministros o consejeros de los reyes de Europa, otros fueron grandes profesores o grandes filósofos, y muchos otros fueron grandes científicos, o escritores, y no faltaron los que destacaron en el seno de las diferentes iglesias del cristianismo. Llegado el siglo XVIII, los admiradores del gran profesor, fueron los que dieron lugar al desarrollo de La Ilustración, un pensamiento basado en la razón, en la ciencia, en la moralidad, en el progreso, y en los derechos y libertades de los ciudadanos, pensamiento que culminó con dos grandes revoluciones: La Revolución Industrial y la Revolución Francesa de 1789, cuyo triunfo consagró los principios ilustrados y liberales y los extendió por todo el mundo) (aunque también cuajó en América y sobre esas ideas se produjeron las independencias de los países americanos, sino la primera EE.UU en 1776). Sobre las bases de estas dos revoluciones, Occidente conquistó el mundo en el siglo XIX, e impuso definitivamente su hegemonía en todos los campos durante el siglo XX."
-Este cuento ha tenido poca gracia, ha sido muy soso, y además, no parece un cuento, sino una clase de historia. -Dijo el mismo alumno.
-Pero es tan cuento como el del chamán, como el chino y del de la India, y sobre estos cuatro cuentos mezclados se sostienen hoy día todas las sociedades del mundo, y sobre estos cuatro cuentos, basan sus vidas la mayoría de los individuos. Además, ofrecen sabias conclusiones y todas las posibilidades de desarrollo para el Ser Humano, siempre y cuando el Ser Humano aprecia la libertad, la serenidad, la sabiduría y la conciencia, pues ellas son las cuatro musas de estos cuentos. -Concluyó el viejo profesor.
LO QUE SABEMOS Y LO QUE IGNORAMOS
Cuantas creencias, cuantas teorías, cuántos ataques y cuantas defensas. Y sin embargo, todo lo que sabemos y todo lo que ignoramos está contenido en una mariposa, o en otra cosa cualquiera.
viernes, 25 de octubre de 2019
EL CUENTO DE LOS COLORES
-¿De qué va hoy el cuento? -Preguntó una alumna.
-Hoy va de colores y de confusión. -Contestó el viejo profesor, el cual, acto seguido empezó a narrar el cuento:
"Había un vez en un reino feudal, un joven rey recién subido al trono tras la muerte de su padre. De lo primero que fue consciente el nuevo rey fue de la gran confusión que reinaba en su reino, y que esa confusión causaba una gran cantidad de problemas. De esta manera decidió emprender una obra reformadora, y para ello empezó por aprobar la que fue conocida como "La Ley de los Colores", la cual obligaba a cada grupo social a usar ropa de un color determinado y también a pintar su casa de ese mismo color.
Para los poderosos se escogió el color dorado, el color del oro, para que así pudieran expresar su vanidad por sus riquezas y por su poder, y también para que así fueran envidiados o incluso odiados por ello de una forma más clara que antes.
Para los ambiciosos, para esos que habían conseguido ciertos éxitos, o para aquellos que luchaban por ellos pero que aún no habían alcanzado el grado de los poderosos, se eligió el color verde, para simbolizar la esperanza de los ambiciosos en llegar un día a ser poderosos.
Para los mediocres, es decir, para esos que rechazaban lo sencillo por considerarlo inferior y vulgar, para esos que no tenían las capacidades de llegar a ser poderosos ni la energía ni la inteligencia de los ambiciosos, para ellos el color que se escogió fue el color gris.
Para los que poseían grandeza, para esos que dedicaban sus energías y sus propósitos a liberar y a facilitar sabiduría y herramientas para que la gente sencilla aprendiera a liberarse y a brillar con luz propia, para ellos escogió el azul del cielo, del mar, del horizonte.
Y para la gente sencilla, para esos que no querían esclavizarse a lo que estaban esclavizados los poderosos, los ambiciosos y los mediocres, para esos que en la sencillez buscaban la libertad, los afectos y el conocimiento, para ellos se escogió el color blanco.
Los dos últimos grupos lo aceptaron sin resistencias y sin entusiasmos, pues para ellos eso no cambiaba nada, ellos ya sabían distinguir a los otros tres grupos sin necesidad de colores. Pero los tres primeros grupos sociales protestaron, no tanto por los colores asignados, sino porque eso significaba un aumento del poder del rey y también significaba que ahora podrían disfrazar peor sus intenciones y creían que con menos confusión les resultaría más difícil conseguir sus propósitos. Pero lo aceptaron, y como la ley sólo hablaba de la ropa y de las casas, en los demás aspectos los tres primeros grupos recurrieron a diversos colores para disfrazarse y ocultarse. Y fue de notar, sobre todo como los mediocres recurrieron a todos los tonos del gris, como recurrieron a crear diferentes modas en el vestir, como recurrieron a diferentes adornos, a teñirse el pelo..., todo con tal de no parecer lo que eran, porque lo realmente eran era despreciado por todos los sectores sociales, y eso pese a que los poderosos y los ambiciosos los utilizaban continuamente como ayudantes, y ellos se prestaban a ello con la esperanza de ascender en el escalafón, pero el tribunal que decidía quien podía subir de escalafón era muy estricto y eran poquísimos los mediocres que pasaban al rango de los ambiciosos. Y así, cuando llegaban viajeros de otros países, lo primero que les llamaba la atención era el enorme dominio del color gris.
Pasaron los siglos y llegó la época de las revoluciones, y en el "País Gris" también hubo una, dirigida por los ambiciosos contra los poderosos y contra el rey, y que tuvo como principal apoyo a los mediocres, y cuando se proclamó la república, la primera ley que se aprobó fue la de abolir la "Ley de los colores".
Pero aunque se abolió esa ley, y los nuevos poderosos fueron los ambiciosos que dirigieron la revolución, y pese a que las leyes establecieron los principios democráticos, estos cinco grupos sociales siguieron existiendo en la práctica, eso así, ahora había más confusión, y sólo durante los carnavales la gente vestía de gris. Tuvieron que pasar muchos años para que esto se olvidara y el gris pasara a ser un color más."
-¿Cómo crees que reaccionaría hoy la gente una ley sobre los colores? -Preguntó una alumna.
-Como estamos en democracia no podría ser impuesta pues eso sería visto como una discriminación, por lo tanto tendría que ser voluntaria, pero yo pienso que nadie escogería el color gris, pues el mediocre nunca es uno mismo, siempre es el otro. -Contestó el viejo profesor.
-¿Quien crees que escogería cada color? -Preguntó la misma alumna.
-Lo único que puedo decirte es que la gente con grandeza y la gente sencilla no tendría ningún problema en escoger el azul y el blanco, y que ninguno de ellos escogería otro color. Pero en cuanto a los demás, la mayoría de la gente escogería cualquier color, eso sí, nadie escogería el color gris, con lo cual, el país en el que eso ocurriera pasaría a ser conocido como "El País donde no existe el color gris." -Concluyó el viejo profesor.
jueves, 24 de octubre de 2019
UN CUENTO DE LA INDIA
-Profesor, el cuento chino de ayer era muy interesante. Podrías explicarnos más cuentos. -Pidió una alumna.
-Sí, y también existe un cuento de la India:
"En la antigua India había un venerable gurú que tenía un grupo pequeño de discípulos, y entre ellos había uno que destacaba sobre los demás por su inteligencia, por su aplicación, por su propensión a la meditación y al yoga, y por su gran devoción. El venerable gurú pensó retirarse a la soledad de una cueva en la montaña y pensó dejar al aplicado alumno como sucesor y le dijo:
-Esta es mi última enseñanza para ti, y también una prueba. Aquí tienes estos trescientos libros, en ellos está recopilada y resumida la toda la honda sabiduría de la India, ve al mercado y véndelos, su precio será el de un cuarto de moneda.
El discípulo obedeció, pero al cabo de un año apenas si había vendido diez ejemplares, y ante esto, haciendo uso de su inteligencia, y observando el gran sentido religioso de la gente, así como su propensión a respetar a los gurús, escribió su propio libro, al que tituló LA GRAN LUZ DEL AMOR Y DE LA COMPASIÓN. Lo puso a la venta por mil monedas, y al cabo de seis meses había vendido más de mil ejemplares y tenía su propio grupo de discípulos, y con ellos decidió formar su propia escuela, la cual tuvo un gran éxito, y en la que fue profundamente venerado.
Los demás discípulos del venerable gurú decidieron seguir sus propios caminos espirituales, dedicándose a la meditación, al yoga y a otras prácticas espirituales sin más pretensión que su propio crecimiento espiritual, el cual compartían gustosos con reducidos grupos de gente espiritual.
En cuanto a la escuela fundada por el alumno distinguido, llegado el siglo XX y en el siglo XXI, a ella llegan admirados y desorientados occidentales en busca de un sentido para sus vidas, y algunos de los discípulos indios han emigrado a Occidente donde han formado sectas en las que son altamente venerados por sus crédulos y desorientados seguidores."
miércoles, 23 de octubre de 2019
UN CUENTO CHINO
Los caminos de la sabiduría china pasan por la Naturaleza, se introducen en ella, se funden en ella, los sabios son casi siempre solitarios, pero entre nosotros compartimos la sabiduría, y de paso compartimos los afectos.
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Como el cuento del chamán fue bien acogido por sus alumnos, al día siguiente el viejo profesor le dijo:
-Hoy voy a contaros un cuento chino. Como todo cuento chino tiene una sabiduría profunda, pero, al igual que ayer, voy a dejaros a vosotros que la descubráis por vuestra cuenta. El cuento dice así:
"Había una vez en China un gran maestro que tenía muchos discípulos. Entre todos ellos había uno que destacaba sobre los demás por su inteligencia, su aplicación y su disciplina. El maestro pensaba retirarse a su soledad serena en los bosques, y pensó en dejar a este alumno como su sucesor, pero había algo que la maestro le hacía desconfiar, algo que el maestro no sabía lo que era, con lo cual decidió poner a prueba al discípulo destacado:
-Aquí tienes estos trescientos libros, en ellos está recopilada toda la Gran Sabiduría de China, quiero que vayas al mercado e intentes venderlos, su precio será el de un cuarto de moneda.
El discípulo obedeció y se fue al mercado a venderlos, pero aunque los libros eran el artículo más barato de todos los que se vendían en el mercado, pasado un año sólo había vendido diez libros. Pero el discípulo era observador e inteligente, y entonces empezó a escribir un libro propio con todo lo que aprendía en el mercado observando a los vendedores y a los compradores, y cuando acabó el libro lo tituló: SOLUCIONES, ILUSIONES, PROMESAS Y ESPERANZAS, y empezó a venderlo al precio de mil monedas. Al cabo de seis meses era un hombre rico, todos los ambiciosos iban a pedirle consejo, y finalmente el emperador le nombró ministro y el discípulo aceptó, orgulloso de su inteligencia y de su éxito.
El gran maestro decidió no nombrar sucesor y se fue a vivir su soledad serena en los bosques. Los demás discípulos tomaron diferentes caminos. La mayoría se dirigió a la capital a pedir trabajo de funcionarios a su antiguo compañero, otros se dedicaron a diversos oficios para ganarse la vida, y unos pocos decidieron llevar un vida libre y sencilla y ponerse a recorrer los caminos aprendiendo y enseñando lo que su maestro le había enseñado y lo que ellos iban descubriendo."
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Como el cuento del chamán fue bien acogido por sus alumnos, al día siguiente el viejo profesor le dijo:
-Hoy voy a contaros un cuento chino. Como todo cuento chino tiene una sabiduría profunda, pero, al igual que ayer, voy a dejaros a vosotros que la descubráis por vuestra cuenta. El cuento dice así:
"Había una vez en China un gran maestro que tenía muchos discípulos. Entre todos ellos había uno que destacaba sobre los demás por su inteligencia, su aplicación y su disciplina. El maestro pensaba retirarse a su soledad serena en los bosques, y pensó en dejar a este alumno como su sucesor, pero había algo que la maestro le hacía desconfiar, algo que el maestro no sabía lo que era, con lo cual decidió poner a prueba al discípulo destacado:
-Aquí tienes estos trescientos libros, en ellos está recopilada toda la Gran Sabiduría de China, quiero que vayas al mercado e intentes venderlos, su precio será el de un cuarto de moneda.
El discípulo obedeció y se fue al mercado a venderlos, pero aunque los libros eran el artículo más barato de todos los que se vendían en el mercado, pasado un año sólo había vendido diez libros. Pero el discípulo era observador e inteligente, y entonces empezó a escribir un libro propio con todo lo que aprendía en el mercado observando a los vendedores y a los compradores, y cuando acabó el libro lo tituló: SOLUCIONES, ILUSIONES, PROMESAS Y ESPERANZAS, y empezó a venderlo al precio de mil monedas. Al cabo de seis meses era un hombre rico, todos los ambiciosos iban a pedirle consejo, y finalmente el emperador le nombró ministro y el discípulo aceptó, orgulloso de su inteligencia y de su éxito.
El gran maestro decidió no nombrar sucesor y se fue a vivir su soledad serena en los bosques. Los demás discípulos tomaron diferentes caminos. La mayoría se dirigió a la capital a pedir trabajo de funcionarios a su antiguo compañero, otros se dedicaron a diversos oficios para ganarse la vida, y unos pocos decidieron llevar un vida libre y sencilla y ponerse a recorrer los caminos aprendiendo y enseñando lo que su maestro le había enseñado y lo que ellos iban descubriendo."
martes, 22 de octubre de 2019
EL CUENTO DEL CHAMÁN
La inteligencia humana puesta al servicio del beneficio económico. Resulta curioso que se llame inteligencia a algo que es fuente de tanta locura y de tanta estupidez, pero la ambición, las comodidades y los placeres, disfrazan a la locura y a la estupidez de inteligencia y desprecian a la sabiduría. Las consecuencias están a la vista de todos.
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-Hoy os explicaré un cuento, pero después del cuento ya no os explicaré nada más, tendréis que ser vosotros solos los que saquéis las conclusiones. -Les dijo el viejo profesor a sus alumnos.
"Había una vez, (no importa en qué milenio del pasado, tampoco importa el lugar pues pudo haber ocurrido en cualquier continente), un viejo chamán que tenía varios discípulos y discípulas, a medida que les iba enseñando iba viendo que todos ellos eran cada vez más sabio, aunque había uno, el único del cual no se fiaba, que demostraba una gran inteligencia. Un día, el viejo chamán murió, y sus discípulos y discípulas pasaron a poner en práctica sus sabidurías:
* Una discípula desarrolló innovadoras técnicas agrarias y ganaderas.
* Otra desarrolló grandes conocimientos en medicina.
* Otra desarrolló grandes conocimientos en las diferentes artesanías y en el comercio.
* Otra desarrolló muchísimo las artes y la poesía.
* Un discípulo desarrolló la religión.
* Otro discípulo desarrolló la espiritualidad.
* Otro discípulo desarrolló la filosofía.
* Y el discípulo inteligente se hizo rico enseñando a los poderosos a aprovecharse y a manipular lo que las discípulas y los discípulos sabios habían desarrollado."
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-Hoy os explicaré un cuento, pero después del cuento ya no os explicaré nada más, tendréis que ser vosotros solos los que saquéis las conclusiones. -Les dijo el viejo profesor a sus alumnos.
"Había una vez, (no importa en qué milenio del pasado, tampoco importa el lugar pues pudo haber ocurrido en cualquier continente), un viejo chamán que tenía varios discípulos y discípulas, a medida que les iba enseñando iba viendo que todos ellos eran cada vez más sabio, aunque había uno, el único del cual no se fiaba, que demostraba una gran inteligencia. Un día, el viejo chamán murió, y sus discípulos y discípulas pasaron a poner en práctica sus sabidurías:
* Una discípula desarrolló innovadoras técnicas agrarias y ganaderas.
* Otra desarrolló grandes conocimientos en medicina.
* Otra desarrolló grandes conocimientos en las diferentes artesanías y en el comercio.
* Otra desarrolló muchísimo las artes y la poesía.
* Un discípulo desarrolló la religión.
* Otro discípulo desarrolló la espiritualidad.
* Otro discípulo desarrolló la filosofía.
* Y el discípulo inteligente se hizo rico enseñando a los poderosos a aprovecharse y a manipular lo que las discípulas y los discípulos sabios habían desarrollado."
lunes, 21 de octubre de 2019
VIRTUDES Y DEFECTOS
Sólo lo que tiene virtudes puede tener defectos.
Cómo lo natural no tiene virtudes tampoco tiene defectos.
-Aunque sabes mucho, supongo que no eres perfecto. ¿Cuáles son tus virtudes y tus defectos, profesor? -Preguntó uno de los alumnos.
-No lo se. -Contestó el viejo profesor.
-Pues claro que lo sabes, lo que pasa es que no quieres reconocer tus defectos ni parecer vanidoso hablando de tus virtudes. -Dijo el mismo alumno.
-Os propongo un experimento sencillo. Coged un papel en blanco y, de forma anónima y con lenguaje respetuoso, escribid en él las que según cada uno de vosotros son mis virtudes y mis defectos.
-Dijo el viejo profesor.
Los alumnos estuvieron encantados con el experimento y se pusieron a escribir. Cuando acabaron, dos alumnos recogieron los papeles doblados y ellos mismos procedieron a abrirlos y a decir los defectos y las virtudes, las cuales otro alumno iba escribiendo en la pizarra en dos columnas. La lista no fue muy larga, sin embargo, cuando la lista estuvo completa, algunos alumnos se sorprendieron de algunos de los defectos y de algunas de las virtudes, y el viejo profesor les dijo:
-Las virtudes que aparecen se deben a dos cosas: Por un lado al hecho de quienes las habéis escrito también las reconocéis como virtudes propias. Por otro lado, algunas de esas virtudes se deben a que creéis que os he puesto buena nota, o que una vez no os castigué, o que fui comprensivo con vosotros, y a cosas por el estilo. En cuanto a los defectos, se deben a muchos de vosotros no estáis de acuerdo con mis ideas, a que las creéis contrarias a las vuestras, y también a que os he puestos notas que consideráis injustas, o a qué creéis que no os he tratado con justicia. -Dijo el viejo profesor.
-¿Y qué conclusiones quieres que saquemos? -Preguntó una alumna.
-Que las virtudes y los defectos no son cosas tangibles o medibles, sino que son opiniones y juicios que los demás hacen sobre nosotros. Hagáis lo que hagáis, penséis lo que penséis, a unos les parecerán virtudes y a otros defectos, pues cada cual juzga en función de sus creencias y de sus intereses. -Respondió el viejo profesor.
-¿Eso quiere decir que hagamos siempre aquello que juzguemos más conveniente?. -Preguntó la misma alumna.
-Efectivamente. Pero tengo que deciros algo más. Ante algo tan relativo, como son las opiniones sobre los defectos y las virtudes, no hay que gastar energías en alabar las virtudes y en condenar los defectos, sólo es necesario protegerse con quienes quiera hacernos daño. Por lo demás: Conciencia, horizonte, libertad y camino.
-Concluyó el viejo profesor.
"No te creas malo y no quieras ser bueno" (Proverbio chino)
domingo, 20 de octubre de 2019
SINCERIDAD Y ESPONTANEIDAD
La sinceridad y la espontaneidad nos hacen muy vulnerables ante quienes no son inocentes, ante quienes están dominados por sus deseos de conseguir algo de nosotros.
La sinceridad y la espontaneidad nos abren a recibir las diferentes muestras de amor de quienes no quieren utilizarnos para ninguno de sus fines, así como para quienes son afines a nosotros.
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-Algunos profesores, nuestros padre, mucha gente, nos dice que tenemos que ser sinceros y espontáneos. Sin embargo, tú nunca nos dices eso. ¿Qué opinión tienes sobre la sinceridad y la espontaneidad?. -Preguntó una alumna.
-Lo que la sociedad llama sinceridad y espontaneidad es una contradicción y un artificio moral. Por un lado, la educación de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, así como las relaciones sociales, se basan en unas normas morales, y se dan premios y se aplican castigos. Como lo más importante es evitar el dolor y conseguir el placer, uno de los recursos más utilizados para evitar el castigo y para conseguir el premio es mentir, es decir, no ser sinceros. Estáis acostumbrados a mentir desde niños, y ahora quieren que seáis sinceros y espontáneos. Si yo os pidiera que fuerais sinceros conmigo, ninguno lo seriáis. Los que tenéis una buena opinión de mi la exagerariais y los que la tenéis negativa la disimulariais. -Dijo el viejo profesor.
-¿Y por qué haríamos esos? -Preguntó la misma alumna.
-Porque tengo poder sobre vosotros. Vosotros queréis sacar buenas notas, queréis que no os castigue, y creéis que si exageráis o disimuláis ante mi la opinión que os merece mi persona, tenéis más posibilidades de conseguir eso que si sois sinceros. Y yo lo entiendo, y no os considero hipócritas por eso, pues vuestra reacción es la normal teniendo en cuenta los valores y las creencias de esta sociedad. Y lo que hacéis vosotros lo hace la gran mayoría de la gente en sus diversas relaciones sociales. -Dijo el viejo profesor.
Los alumnos guardaron silencio para reflexionar, y el viejo profesor lo aprovechó para decir:
-Por otro lado, quien es sincero y espontáneo con los demás, se encuentra con que está dando mucha información sobre sí mismo, y muchas veces los demás usan esa información para conseguir algo de él o abusar de él y así le hacen daño le causan problemas, y por eso, la gente se guarda mucho de ser sincera. Por lo tanto, yo creo que no tenemos ningún derecho a pedir esa sinceridad a los demás, y nadie lo tiene a pedírnosla a nosotros. -Dijo el viejo profesor.
-Pero no nos has explicado qué es para ti la sinceridad y la espontaneidad. -Dijo un alumno.
-Se trata de decir todo lo que se siente y se piensa, y decirlo tal y como se nos ocurre en cada momento. Pero esto tiene un problema que no suele ser tenido en cuenta: Decir lo que se piensa no quiere decir que nuestros pensamientos sean acertados. Decir lo que se siente, no quiere decir que nuestros sentimientos y emociones ocupen su lugar natural, por lo tanto, la sinceridad y la espontaneidad a veces no reflejan la verdad de las cosas, sólo reflejan nuestra creencias sobre la verdad. -Dijo el viejo profesor.
-¿Hay algún otro aspecto que valga la pena? -Preguntó el mismo alumno.
-Existe otro tipo de espontaneidad. Por ejemplo cuando estamos en armonía con la Naturaleza, en esos momentos nuestras reacciones son espontáneas, o si lo preferís, son naturales, pues se ajustan a la realidad de las cosas, son hijas de la sabiduría y están libres del artificio moral, pues la Naturaleza no se guía por principios morales. Pero como pocas veces nos pasa eso, es por lo que pongo tantos reparos y tantas objeciones a que os pidan que seáis sinceros y espontáneos, pues además, quienes os lo piden, no son sinceros, sólo buscan información para tener poder sobre vosotros.
-Concluyó el viejo profesor.
La sinceridad y la espontaneidad nos abren a recibir las diferentes muestras de amor de quienes no quieren utilizarnos para ninguno de sus fines, así como para quienes son afines a nosotros.
*************************
-Algunos profesores, nuestros padre, mucha gente, nos dice que tenemos que ser sinceros y espontáneos. Sin embargo, tú nunca nos dices eso. ¿Qué opinión tienes sobre la sinceridad y la espontaneidad?. -Preguntó una alumna.
-Lo que la sociedad llama sinceridad y espontaneidad es una contradicción y un artificio moral. Por un lado, la educación de los niños, de los adolescentes y de los jóvenes, así como las relaciones sociales, se basan en unas normas morales, y se dan premios y se aplican castigos. Como lo más importante es evitar el dolor y conseguir el placer, uno de los recursos más utilizados para evitar el castigo y para conseguir el premio es mentir, es decir, no ser sinceros. Estáis acostumbrados a mentir desde niños, y ahora quieren que seáis sinceros y espontáneos. Si yo os pidiera que fuerais sinceros conmigo, ninguno lo seriáis. Los que tenéis una buena opinión de mi la exagerariais y los que la tenéis negativa la disimulariais. -Dijo el viejo profesor.
-¿Y por qué haríamos esos? -Preguntó la misma alumna.
-Porque tengo poder sobre vosotros. Vosotros queréis sacar buenas notas, queréis que no os castigue, y creéis que si exageráis o disimuláis ante mi la opinión que os merece mi persona, tenéis más posibilidades de conseguir eso que si sois sinceros. Y yo lo entiendo, y no os considero hipócritas por eso, pues vuestra reacción es la normal teniendo en cuenta los valores y las creencias de esta sociedad. Y lo que hacéis vosotros lo hace la gran mayoría de la gente en sus diversas relaciones sociales. -Dijo el viejo profesor.
Los alumnos guardaron silencio para reflexionar, y el viejo profesor lo aprovechó para decir:
-Por otro lado, quien es sincero y espontáneo con los demás, se encuentra con que está dando mucha información sobre sí mismo, y muchas veces los demás usan esa información para conseguir algo de él o abusar de él y así le hacen daño le causan problemas, y por eso, la gente se guarda mucho de ser sincera. Por lo tanto, yo creo que no tenemos ningún derecho a pedir esa sinceridad a los demás, y nadie lo tiene a pedírnosla a nosotros. -Dijo el viejo profesor.
-Pero no nos has explicado qué es para ti la sinceridad y la espontaneidad. -Dijo un alumno.
-Se trata de decir todo lo que se siente y se piensa, y decirlo tal y como se nos ocurre en cada momento. Pero esto tiene un problema que no suele ser tenido en cuenta: Decir lo que se piensa no quiere decir que nuestros pensamientos sean acertados. Decir lo que se siente, no quiere decir que nuestros sentimientos y emociones ocupen su lugar natural, por lo tanto, la sinceridad y la espontaneidad a veces no reflejan la verdad de las cosas, sólo reflejan nuestra creencias sobre la verdad. -Dijo el viejo profesor.
-¿Hay algún otro aspecto que valga la pena? -Preguntó el mismo alumno.
-Existe otro tipo de espontaneidad. Por ejemplo cuando estamos en armonía con la Naturaleza, en esos momentos nuestras reacciones son espontáneas, o si lo preferís, son naturales, pues se ajustan a la realidad de las cosas, son hijas de la sabiduría y están libres del artificio moral, pues la Naturaleza no se guía por principios morales. Pero como pocas veces nos pasa eso, es por lo que pongo tantos reparos y tantas objeciones a que os pidan que seáis sinceros y espontáneos, pues además, quienes os lo piden, no son sinceros, sólo buscan información para tener poder sobre vosotros.
-Concluyó el viejo profesor.
sábado, 19 de octubre de 2019
DESDE FUERA
-Tú siempre nos dices que miremos dentro de nosotros mismos, que escuchemos a nuestra conciencia, pero yo creo que hay muchas cosas que nos vienen desde fuera. -Dijo una alumna.
-Veréis, en realidad dentro y fuera son la misma cosa, pero para entendernos y conforme a la visión dualista que tiene la mente a la hora de ver las cosas, aceptemos la separación entre dentro y fuera.
* Desde fuera, desde el Universo, nos llegó en su día la materia-energía, el polvo de estrellas, del que estamos hechos todos. Para quienes creen en la existencia del espíritu, este también les llegó desde fuera. Desde ese mismo fuera también nos llegó la conciencia.
* Desde fuera nos llega la luz y el calor del Sol, sin los cuales la vida no sería posible. Dentro tenemos el espíritu, es decir, la esencia y la energía divina, dentro tenemos a la conciencia, pero sin esa cosa material que es el Sol, sin esa cosa material que es la tierra, ni el espíritu ni la conciencia podrían manifestarse en ningún ser vivo en la Tierra.
* Desde fuera nos llega el alimento, y todas las demás cosas que necesitamos para sobrevivir.
* Desde fuera nos llegan los comportamientos de los demás, los cuales, para la mayoría de las personas, unas veces son el cielo y otras veces son el infierno.
* Desde fuera nos llega la sabiduría que nos muestra Naturaleza.
* Desde fuera nos llegan los puntos de vista de los demás, que a veces nos hacen ver cosas que no vemos cuando sólo miramos en nuestro interior, unos puntos de vista que a veces son más sabios que los nuestros.
* Desde fuera vemos mejor los problemas de los demás y generalmente podemos ofrecer mejores soluciones que las que encuentran ellos. Si podemos vernos a nosotros mismos y a nuestros problemas desde fuera, también podemos encontrar mejores soluciones que cuando los vemos desde dentro. -Explicó el viejo profesor.
-¿Y qué necesitamos para captar todo lo que nos llega desde fuera? -Preguntó la misma alumna.
-Primero tomar conciencia de nuestra ignorancia, ya sabéis, "Sólo sé que no sé nada", que decía Sócrates. Después la soledad serena, sólo ella hace posible que seamos receptivos ante lo de fuera, como una mariposa con las alas abierta es receptiva al Sol. -Contestó el viejo profesor.
-¿Qué más nos enseñan las mariposas? -Preguntó la misma alumna.
-Que la sabiduría y la libertad tienen sus riesgos, y por eso a veces cierran sus alan y se camuflan con el entorno, cierran sus alas y esperan a que pase el peligro, y mientras hacen eso miran en su interior, y comprenden que no hay dentro ni fuera, sino un Todo en el que todo se relaciona con todo, en el que todo depende de todo. -Concluyó el viejo profesor.
viernes, 18 de octubre de 2019
NORMAS Y LEYES
El viejo profesor estaba hablando con Clío, su amiga historiadora, y ésta le decía:
-Las relaciones humanas se regulan por medio de normas morales y de leyes, y ante ambas caben las siguientes opciones: Aceptarlas, eludirlas, violarlas o cambiarlas.
-Explícate, por favor. -Pidió el viejo profesor.
* Cuando se aceptan ocurren dos cosas: Que los poderosos tienen seguro su poder, y que la sociedad alcanza el mayor grado de armonía social que el Hombre actual puede y sabe alcanzar.
* Muchas veces se pueden eludir, y en toda sociedad siempre ha existido un margen para eso, margen que se utiliza para escapar de ciertas opresiones y para disfrutar de ciertas libertades. Por otro lado, este aspecto tiene una enorme utilidad, pues al hacer más soportable la vida a la gente reduce muchas tensiones y evita muchos conflictos.
* Cuando las leyes se violan, tarde o temprano ocurre la tragedia, la cual puede afectar solamente a quienes las ha violado, o al conjunto de la sociedad. Por otra parte, las tragedias siempre son parteras de cambios profundos, e incluso de cambios a mejor, puesta hasta ahora las sociedades no saben cambiar sus creencias profundas y sus actitudes y comportamientos más importantes que debido a la búsqueda de soluciones ante el sufrimiento que les producen las tragedias, sólo algunos individuos saben cambiar por sabiduría y sin llegar a la tragedia.
* A la hora de cambiarlas, en teoría se puede hacer por medio del diálogo, del acuerdo o del consenso, pero en la práctica esto ocurre pocas veces, la gran mayoría de las veces las normas y las leyes se cambian como consecuencia de las luchas sociales, en las cuales, el ganador impone sus normas. Existe otra fuerza que impulsa al cambio, y se trata de cuando la mayoría de la sociedad ve que las viejas normas y leyes ya no sirven para el propósito para el que fueron creadas.
Pueden parecer justas o injustas, hay quien puede creer que hay otras leyes, pero estas leyes están presentes en todos los libros de historia, así como en toda la gran literatura, en especial en las novelas y en las obras de teatro, y por supuesto, las encontramos observando la situación social y política actual, y cada individuo se las puede aplicar a sí mismo. -Dijo Clío.
El viejo profesor mantuvo un silencio reflexivo y en su actitud fue mostrando que estaba de acuerdo, y Clío le preguntó:
-¿Existen normas y leyes en el Universo y en la Naturaleza?
-El Universo y la Naturaleza (el cuerpo humano es también Naturaleza) se rigen por unas leyes naturales y aunque se puede opinar si son justas o injustas, no son ni lo uno ni lo otro, sencillamente SON, y no sabemos por qué son así y no de otra manera. Ante estas leyes también caben las mismas opciones que ante las normas y las leyes impuesta en el nivel social, pero con consecuencias diferentes:
* Aceptarlas requiere cambios interiores, sabiduría, elevación de la conciencia, y tiene siempre como consecuencia la armonía, la cual no afianza a ningún poder, ni impone ningún sometimiento, sino que libera del deseo, del miedo y del sufrimiento.
* Se pueden eludir, siempre hay un margen para ello, pues la Naturaleza tiene capacidad para superar por sí misma ese grado de destrucción producido por quienes las eluden, pues al tratarse solamente de eludirlas, el grado de destrucción es pequeño. Además, el poder eludir algunas de esas leyes hace que la búsqueda de la armonía no sea un camino rígido, no sea una doctrina, no sea una ley de obligado cumplimiento, y de esta manera no resulte nunca un infierno de sacrificios y de esfuerzos para el caminante.
* Cuando se violan también surge la tragedia, y todos sus aspectos son similares a los que tú has explicado para cuando se violan las normas y las leyes sociales.
* No se pueden cambiar, intentar cambiarlas no solamente no es posible, sino que tiene las mismas consecuencias que violarlas. Sin embargo, el Hombre está capacitado para cambiar sus relaciones con la Naturaleza, está capacitado para vivir libremente y en armonía con ellas. -Respondió el viejo profesor.
-¿Crees que hay alguien que sea consciente de todos estos aspectos?. -Preguntó Clío.
-Creo que, en mayor o menor medida, todo el mundo conoce estos aspectos, pero muy poca gente es consciente de ellos. La mayoría porque están solamente ocupados, incluso obsesionados, con los aspectos sociales y no ven más allá. Otros tienen su principal centro de interés en la enorme multitud de aspectos mágicos. Las personas religiosas están centradas en el estudio y en el cumplimiento de las normas de su religión. Y en cuanto a las personas espirituales, suelen tener poco en cuenta los aspectos sociales, políticos e históricos, y muchos, en vez de prestar más atención al Universo y a la Naturaleza, ponen toda su atención solamente en los diversos aspectos de lo sobrenatural, de lo Divino y de su propio mundo interior, e intentan vivir en esa burbuja, intentan vivir ignorando todo lo que pueden lo que hay fuera de esa burbuja, pues creen que esa es la única manera de crecer espiritualmente, pues todo lo que hay fuera de esa burbuja lo ven solamente como causas de agitación, de perturbación y de ilusión. -Contestó el viejo profesor.
-¿Y si ellos están más en lo cierto que nosotros? -Preguntó Clío.
-La verdad sólo la conocen al completo el Tiempo y el Misterio. Nosotros, aunque a veces creamos tener más razón que los demás, aunque a veces hagamos afirmaciones como las que acabamos de hacer, en realidad lo que estamos haciendo es provocar reflexiones, y allá los demás con sus creencias. -Concluyó el viejo profesor.
jueves, 17 de octubre de 2019
APRENDIENDO
Aquella mañana el viejo profesor empezó la clase escribiendo la siguiente frase en la pizarra:
En este instante estoy en posesión de la verdad.
-Esta frase es propia de un arrogante, de un fanáticos o de un estúpido, no me parece propia de ti, profesor. -Dijo un alumno.
-Pues es mía y en estos momentos es lo que realmente creo, y si sois sinceros con vosotros mismos, ¿quién es el que en estos momentos no cree lo mismo respecto a sus creencias, por ejemplo tú que no has dudado ni un instante en opinar con tanta rotundidad sobre mi frase?.-Dijo el viejo profesor, el cual les dio unos instantes para reflexionar y le dijo al alumno que había intervenido:
-Tienes razón en lo que has dicho, siempre y cuando se aplique a las personas que no evolucionan, a las personas que se aferran a sus creencias. Pero yo no me aferro durante mucho tiempo, mi rueda del aprendizaje sigue girando, y esto me lleva a la siguiente frase:
Seguiré explorando, caminando, observando.
Y cuando descanse mi rueda seguirá girando y entonces podré escribir lo siguiente:
Ahondaré a través de mi soledad serena.
Y tras ahondar, escribiré lo siguiente:
He comprendido algo nuevo, y sobre la base de mis nuevas comprensiones, en este instante estoy en posesión de la verdad.
-Veréis, la conciencia es la que comprende, y también es la que permite que podamos vivir en armonía con lo comprendido, pero la conciencia se manifiesta a través de la mente, y la mente sigue ese proceso. La mente necesita sentirse segura, equilibrada, y para ello recurre a creer que en cada momento está en posesión de la verdad pues la duda permanente le produce incerteza y desequilibrios, pero la vida sigue, y la conciencia sigue mandando su comprensión a la mente. Quien se abre a su conciencia aprende, quien se aferra a sus creencias como quien se aferra a un salvavidas, ese es el arrogante, el fanático, el estúpido. -Concluyó el viejo profesor.
miércoles, 16 de octubre de 2019
LA VIOLENCIA
* Toda acción que causa daño físico o la muerte, es violencia.
* Toda acción que fuerza la libre voluntad de cualquier individuo, es violencia.
* Toda acción que saca a las cosas de su estado natural, es violencia.
* La violencia es una acción, y después el Hombre le pone valores morales en función de sus intereses y de sus creencias, y así, con esa moralidad, unas veces se condena y otras se justifica.
-Veo que hay mucha violencia. ¿Por qué existe la violencia?
-Preguntó una alumna.
-Te responderé con las siguientes frases:
1ª) La violencia es uno de los medios posibles a la hora de conseguir algo. La realidad demuestra que muchas veces el uso de la violencia es la única manera de conseguir lo deseado.
2ª) El individuo y la sociedad dividen los deseos en dos grandes tipos:
-Los deseos moralmente legítimos.
-Los deseos moralmente ilegítimos.
Para conseguir los deseos legítimos, está moralmente justificado recurrir a la violencia.
Para conseguir los deseos ilegítimos, el uso de la violencia nunca está justificado moralmente.
3ª) Cuando no hay deseos, todo está en paz. (Pensamiento de Lao Tse)
-Esto es todo, profesor? -Preguntó la misma alumna.
-Si y no. Si porque yo creo que la cuestión de la violencia se reduce a la comprensión profunda de estos tres aspectos. No porque desde hace milenios existen multitud de debates y de teorías respecto a la violencia y a la manera de evitarla, y aunque la violencia no ha parado desde hace milenios, nadie admite su fracaso y todo el mundo culpa al otro. Y todo el mundo dice desear la paz, y todo el mundo quiere imponer a los demás sus propias creencias morales, religiosas, ideológicas, políticas y sociales. Y nadie cae en la contradicción de que la paz no es posible mientras cada cual quiera imponer sus creencias y sus intereses a los demás.
-Dijo el viejo profesor.
-Existen personas que explican la violencia con varias teorías: Que la violencia es innata en el Hombre, que se debe al miedo, que se debe al odio, que sólo se puede evitar con amor. ¿Qué opinas de estos? -Preguntó la misma alumna.
-Nuestra sociedad se basa en dos grandes aspectos: Conseguir lo deseado y la moralidad. Conseguir lo deseado no se cuestiona, sólo se regula por medio de la moralidad y de las leyes. Sin embargo, estas creencias de las que me hablas no parecen tener en cuenta estos dos aspectos, y yo me remito al pensamiento de Lao Tse, de que cuando no hay deseos todo está en paz. -Contestó el viejo profesor.
-Tú hablas de acabar con el deseo armonizando con la Naturaleza, pero la Naturaleza es violenta. -Dijo otro alumno.
-Parece que me hayas pillado en una contradicción, pero la persona que armoniza con la Naturaleza no es violenta con sus semejantes, pues tiene lo necesario, y por lo tanto no necesita recurrir a la violencia, y en esa actitud no existe ninguna virtud moral, sólo existe naturalidad. Por otro lado, la violencia de la Naturaleza no tiene ninguna intención, no es moral ni inmoral, es solamente una de las formas del natural funcionamiento de la misma. Pero acabemos con este debate, pues si el desacuerdo persiste la paz corre peligro, por eso, es mejor recurrir a la paz interior de nuestro silencio, de nuestra soledad serena, ella nos dará más respuestas que este debate. -Concluyó el viejo profesor.
LUZ OTOÑAL
Anunciadora de la interioridad invernal,
de ese mundo de serenidades hondas,
reposo de la vitalidad primaveral.
La vida es una rueda que gira sin parar,
siempre hacia adelante, pero desde atrás,
la plenitud sólo nos la trae su giro natural.
martes, 15 de octubre de 2019
DEPENDENCIA FÍSICAS Y QUÍMICAS
Esta es una de las formas en las suelen ver la vida aquellos que se encuentran bajo el efecto directo de alguna droga, ya sea legal o ilegal.
Visiones como ésta, o más grises o más negras, suelen ser las visiones que tienen muchas personas antes de consumir drogas o cuando se les ha pasado el efecto de las drogas.
El contraste entre estas dos visiones es una de las razones que da tanto poder a las drogas. La otra razón que da tanto poder a las drogas es el hecho de que ante un dolor las drogas producen un placer inmediato, un placer que no requiere tener que luchar para cambiar las cosas, ni tampoco requiere tener que cambiar interiormente.
*************************************
-Mis padres me dicen que estudie mucho, que la vida es muy dura, y que para ellos por no haber estudiado aún lo es más. Y cuando mi padre tuvo problemas con el alcohol decía que bebía para poder soportar la dureza de la vida. ¿Qué opinas profesor? -Dijo un alumno.
-Veréis, la vida le resulta dura, o muy dura, a la mayoría de la gente, pues conseguir lo necesario y conseguir lo deseado está rodeado de dificultades, de esfuerzos, de sacrificios y de conflictos, y todo eso produce dolor, y contra ese dolor, en nuestra sociedad se recurre a varias fuentes de placer, pero la más habitual es el consumo habitual y masivo de diferentes sustancias que nuestro cuerpo no necesita: Café, tabaco, alcohol, te, sal, azúcar, exceso de comida, y todo tipo de drogas ilegales, y aparece una dependencia física de unas sustancias químicas. Se crea dependencia por dos razones: Por el poder adictivo de esas sustancias, y porque sin esas sustancias a casi todo el mundo le resultaría más duro vivir, tanto a nivel del trabajo, como a nivel de las relaciones sociales y personales. -Dijo el viejo profesor.
-¿Tú crees que hay que legalizar a las drogas ilegales, o ilegalizar a algunas de las legales? -Preguntó el mismo alumno.
-Veamos. Prohibir las drogas sólo evita algunos de los problemas que las drogas crean. Legalizarlas no traería ninguna solución a la mayoría de esos problemas. Por otro lado, el debate actual sobre el tema sólo gira en torno a cuestiones de salud, de delincuencia y seguridad ciudadana y a veces de moralidad. Pero no entra en la cuestión de las verdaderas causas por las que la gente recurre a estas substancias. -Contestó el viejo profesor.
-¿Por qué no se entra en las verdaderas causas? -Preguntó el mismo alumno.
-Porque entrar en las verdaderas causas sería cuestionarse todas las bases de la sociedad actual, y no hay ningún sector de la sociedad interesado en cambiar esas bases, pues nadie está dispuesto a renunciar a sus creencias y a las formas de vivir derivadas de esas creencias consistentes en que lo más importante es conseguir lo deseado. Y debido a eso, el debate se desvía hacia aspectos falsos. -Contestó el viejo profesor.
-¿Qué es lo malo de todas estas sustancias? -Preguntó otra alumna.
-Por un lado, están los problemas de salud. Por otro lado está la dependencia, es decir, la necesidad que tienen la gran mayoría de las personas de recurrir a esas substancias, dependencia que reduce mucho la libertad. En tercer lugar, el consumo habitual de esas substancias reduce la capacidad del individuo para encontrar una salida a los diversos problemas de su vida. -Contestó el viejo profesor.
-¿Hay algo que pueda servir para sustituir a esas substancias?
-Preguntó la misma alumna.
-Difícil pregunta. En teoría sí que existe, se trata de buscar satisfacciones al margen de esas substancias. No se trata de darle vueltas buscando soluciones, pues mientras nuestra sociedad no rechace el actual paradigma y busque otro, ninguna de las soluciones que se busquen o que se encuentren solucionará nada. En esta situación, sólo algunos individuos toman conciencia y se liberan de esas substancias, pero el consumo masivo y habitual continua por parte de la sociedad. -Concluyó el viejo profesor.
Visiones como ésta, o más grises o más negras, suelen ser las visiones que tienen muchas personas antes de consumir drogas o cuando se les ha pasado el efecto de las drogas.
El contraste entre estas dos visiones es una de las razones que da tanto poder a las drogas. La otra razón que da tanto poder a las drogas es el hecho de que ante un dolor las drogas producen un placer inmediato, un placer que no requiere tener que luchar para cambiar las cosas, ni tampoco requiere tener que cambiar interiormente.
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-Mis padres me dicen que estudie mucho, que la vida es muy dura, y que para ellos por no haber estudiado aún lo es más. Y cuando mi padre tuvo problemas con el alcohol decía que bebía para poder soportar la dureza de la vida. ¿Qué opinas profesor? -Dijo un alumno.
-Veréis, la vida le resulta dura, o muy dura, a la mayoría de la gente, pues conseguir lo necesario y conseguir lo deseado está rodeado de dificultades, de esfuerzos, de sacrificios y de conflictos, y todo eso produce dolor, y contra ese dolor, en nuestra sociedad se recurre a varias fuentes de placer, pero la más habitual es el consumo habitual y masivo de diferentes sustancias que nuestro cuerpo no necesita: Café, tabaco, alcohol, te, sal, azúcar, exceso de comida, y todo tipo de drogas ilegales, y aparece una dependencia física de unas sustancias químicas. Se crea dependencia por dos razones: Por el poder adictivo de esas sustancias, y porque sin esas sustancias a casi todo el mundo le resultaría más duro vivir, tanto a nivel del trabajo, como a nivel de las relaciones sociales y personales. -Dijo el viejo profesor.
-¿Tú crees que hay que legalizar a las drogas ilegales, o ilegalizar a algunas de las legales? -Preguntó el mismo alumno.
-Veamos. Prohibir las drogas sólo evita algunos de los problemas que las drogas crean. Legalizarlas no traería ninguna solución a la mayoría de esos problemas. Por otro lado, el debate actual sobre el tema sólo gira en torno a cuestiones de salud, de delincuencia y seguridad ciudadana y a veces de moralidad. Pero no entra en la cuestión de las verdaderas causas por las que la gente recurre a estas substancias. -Contestó el viejo profesor.
-¿Por qué no se entra en las verdaderas causas? -Preguntó el mismo alumno.
-Porque entrar en las verdaderas causas sería cuestionarse todas las bases de la sociedad actual, y no hay ningún sector de la sociedad interesado en cambiar esas bases, pues nadie está dispuesto a renunciar a sus creencias y a las formas de vivir derivadas de esas creencias consistentes en que lo más importante es conseguir lo deseado. Y debido a eso, el debate se desvía hacia aspectos falsos. -Contestó el viejo profesor.
-¿Qué es lo malo de todas estas sustancias? -Preguntó otra alumna.
-Por un lado, están los problemas de salud. Por otro lado está la dependencia, es decir, la necesidad que tienen la gran mayoría de las personas de recurrir a esas substancias, dependencia que reduce mucho la libertad. En tercer lugar, el consumo habitual de esas substancias reduce la capacidad del individuo para encontrar una salida a los diversos problemas de su vida. -Contestó el viejo profesor.
-¿Hay algo que pueda servir para sustituir a esas substancias?
-Preguntó la misma alumna.
-Difícil pregunta. En teoría sí que existe, se trata de buscar satisfacciones al margen de esas substancias. No se trata de darle vueltas buscando soluciones, pues mientras nuestra sociedad no rechace el actual paradigma y busque otro, ninguna de las soluciones que se busquen o que se encuentren solucionará nada. En esta situación, sólo algunos individuos toman conciencia y se liberan de esas substancias, pero el consumo masivo y habitual continua por parte de la sociedad. -Concluyó el viejo profesor.
lunes, 14 de octubre de 2019
TENER Y SER
Tener alas y flores donde libar. Tener una conciencia, un horizonte, un camino para caminar. Tener dentro la posibilidad de armonizar, de liberarse, de fundirse con el Tao.
Ser mariposa, ser libre, ser lo que lo que somos, ser la esencia que llevamos dentro.
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-Tener y ser. En nuestra sociedad existen creencias diferentes sobre estos dos aspectos. ¿Qué opináis vosotros? -Les dijo el viejo profesor a sus alumnos.
Las opiniones llegaron rápidamente, y como esperaba el viejo profesor, los alumnos se dividieron en dos grupos casi iguales, unos defendiendo el tener y otros defendiendo el ser:
-Tener es lo más importante. Tener cubiertas nuestras necesidades, tener seguridad, tener dinero, tener un buen trabajo, tener salud, tener éxito, tener buena suerte, tener facilidades, tener derechos, tener quien nos ame. Quien tenga todo esto tiene todo lo que importa. -Dijo un alumnos representando la opinión del grupo que pensaba como él.
-Ser es lo más importante. Ser capaces, ser autosuficientes, ser inteligentes, ser sabios, ser buenas personas, ser libres, ser bondadosos, ser amorosos, ser comprensivos, ser compasivos, ser útiles a los demás, ser dignos del cariño y de la admiración de los demás. -Dijo una alumna como portavoz del grupo contrario.
Y rápidamente vinieron las réplicas y las contrarréplicas y, tímidamente, apareció una tercera posición representada solamente por dos alumnos:
-Nosotros creemos que ambos puntos de vista pueden ser compatibles, creemos que se puede hacer una síntesis, creemos que dialogando se podría llegar a un punto de vista común. -Dijo uno de los dos alumnos. Pero se quedaron solos defendiendo esta "tercera vía", y entonces, el viejo profesor creyó que había llegado el momento de intervenir, y dijo:
-Ni el tener es más importante que el ser, ni viceversa, ni ésta "tercera vía" resuelva este debate pues sigue en pies el tener y el ser. Este debate es un enfrentamiento dualista propio de una sociedad que todo lo basa en conseguir lo deseado y en los valores morales. Ahora bien, si lo vemos desde el punto de vista de quien busca la armonía con el fluir natural, tener y ser son igualmente importantes, pero no en el sentido que vosotros y la sociedad lo ve, sino que el Universo y la Naturaleza nos dan lo suficiente para vivir, es decir, nos dan cuánto necesitamos tener, y en cuanto al ser, lo que en realidad somos es un cuerpo que está hecho de polvo de estrellas, de unas energías son las mismas que mueven al Universo, y somos un espíritu y somos una conciencia, y en esta visión no existe ningún tipo de dualismo, ni de "terceras vías". -Dijo el viejo profesor.
-¿Y si estuvieras equivocado, profesor? -Dijo una alumna.
-Eso, en este caso importa poco, lo que importa es que mi posible equivocación os haya servido para escapar, al menos durante un rato, de la visión dualista y moralista dominante en nuestra sociedad, y para ver que existe la opción de buscar la armonía con el natural fluir del Universo, de la Naturaleza, con el ritmo del Tao. Veréis, doy aquí por terminado el debate, no porque no quiera escuchar opiniones diferentes a las mías, sino porque continuarlo sólo crearía confusión, sólo la soledad serena os traerá claridad.
-Concluyó el viejo profesor.
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