martes, 3 de enero de 2017

OPINIÓN SINCERA


      Es frecuente que se le exija a los demás que den su opinión sincera y que digan siempre la verdad, y a la vez que se valora públicamente la sinceridad, también se produzca la lamentación por la falta de sinceridad, por la hipocresía e incluso por las mentiras que parecen dominar el comportamiento de muchas personas. 

   ¿Por qué razones la gente no expresa siempre su opinión sincera e incluso miente? A mi modo de ver, esto se debe sobre todo a las siguientes razones: 

  * Miedo al conflicto con los demás, miedo al daño que podemos recibir, miedo a que no nos ayuden cuando lo necesitemos, miedos a perder amistades. 

  * Mantener a salvo nuestro mundo privado y nuestra autoestima, tanto de las burlas y desprecios, como de las actitudes manipuladoras y hostiles. 

  *Escapar a diversos castigos, conseguir diversos premios, ser admirados y amados.

  * Decir lo que pensamos nos hace vulnerables ante los demás, pues siempre hay quien se aprovecha de lo que sabe de nosotros para usarlo en nuestra contra. Cuanta más información tenga el cazador sobre su presa, mejor podrá preparar las trampas para cazarle. 

  * Quien no dice la verdad, no sólo puede conseguir evitarse conflictos, daños y peligros, sino que también puede conseguir engañar a los demás sobre sus verdaderas intenciones, y el engaño es una de las estrategias preferidas de los cazadores. 

   Si ahondamos en cada una de estas razones, veremos que todas ellas se deben a que la mayoría de la gente está dominada por la creencia de que lo más importante es conseguir lo que desea, o bien está sometida a la ambición cazadora de quienes están dominados por esa creencia. 

   Pero casi nadie quiere reconocer esta realidad porque entonces tendrían que renunciar a sus propios deseos, y nadie quiere renunciar a ellos. Así, nadie considera que sus deseos sean los causantes de los problemas, y por lo tanto la causa de los problemas se atribuye a la inmoralidad de los otros. 

  Si la causa de los problemas es la inmoralidad, entonces la solución pasa por un aumento de las actitudes amorosas y morales, si, pero por parte de los demás, pues el individuo cree que si todo el mundo fuera tan amoroso y tan moral como él, se solucionarían todos los problemas.

   En mi sincera opinión, estas complejidades morales y estas y otras contradicciones no las tiene quien opta por vivir una vida sencilla y libre. 
   


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