martes, 31 de enero de 2017

MUNDOS Y ENERGÍAS


  Existe el mundo de la lucha y del esfuerzo por alcanzar objetivos, metas, anhelos, ideales. Por mucho que hayamos pensado en las razones para dedicarnos a conseguir estos deseos y hallemos muchas justificaciones, las verdaderas razones son realmente unas desconocidas para nosotros. Lo que sí que podemos averiguar es cuanta de nuestra energía consume este mundo.


   Otro de nuestros mundos es el de hacer cosas placenteras y satisfactorias, y  buscar una enorme variedad de estímulos externos, solos o en compañía. Podemos pensar que las razones para esto es sentirnos satisfechos y combatir nuestro dolor o nuestro aburrimiento, y en parte en así, pero hay razones más profundas que ignoramos. De todas maneras podemos ser conscientes de cuanta energía consumen estas actividades.


Está el mundo de las relaciones afectivas en el seno de la familia, de la pareja y de los círculos de amistad. Estas relaciones presentan satisfacciones, dolor, deberes morales y conflictos. Aunque sabemos que buscamos estas relaciones porque necesitamos sentirnos amados, lo que no sabemos es el por qué de esa necesidad, pero sí que podemos saber cuanta energía consumen nuestras relaciones amorosas y amistosas. 


Los tres mundos anteriores consumen energía, nos agitan y a veces resultan dolorosos, y esto, junto con otras razones desconocidas, nos lleva a buscar ese mundo en el que estamos a solas y serenos. Este mundo no consume energía, sino que la recupera.

   A mi modo de ver, no podemos saber realmente que es lo que nos impulsa a entrar en estos mundos, y cuando estamos en totalmente metidos en ellos muchas veces ni siquiera somos conscientes de que estamos en ellos, pero sí que podemos ser conscientes de como se relacionan estos mundos entre sí en nuestro interior, y como nos afecta cada uno de ellos, aunque esto sólo es posible cuando nos hallamos a solas y serenos.

   No podemos conseguir que lo placentero de estos mundos domine siempre nunca vida. No podemos evitar los aspectos dolorosos de esos mundos por mucho tiempo. Sólo podemos escuchar a nuestra conciencia y hacerle caso. Pero aunque le hagamos caso, la fuerza de los tres primeros mundos obstaculizará el camino que nuestra conciencia nos muestra, esos obstáculos son la distancia que tenemos que recorrer, esos obstáculos nos producen una tensión, usemos la energía de esa tensión para seguir caminando. 

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