Mientras nuestras fluyen al ritmo de la energía universal, del movimiento y del tiempo, nuestra mente está atrapada en conceptos dualistas como el Bien y el Mal, lo mejor y lo peor, lo positivo y lo negativo, lo placentero y lo doloroso, la bello y lo feo.
Nuestra mente siempre está emitiendo opiniones a favor o en contra de todo aquello de lo le llega noticia, de todo aquello que ve directamente, de todas las creencias que conoce o de las que solamente ha oído hablar.
En base a estos conceptos y opiniones nuestra mente siempre está intentando justificar todos nuestros actos y opiniones, siempre intentando controlar el acaecer de las cosas, y siempre luchando por imponer sus deseos y su visión de las cosas.
¿Somos conscientes del fuerte divorcio entre el fluir de nuestra vida y los pensamientos de nuestra mente?
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