domingo, 24 de mayo de 2020

VIDA ESPIRITUAL


   En toda vida espiritual siempre se presentará el hecho de que necesitamos conseguir lo necesario. También aparecerán cosas que nos resultarán inevitables. Dispondremos de libertad. El dolor que sentiremoso requerirá alegrías y satisfacciones para combatirlo, y ante eso necesitaremos la sabiduría suficiente para hallar las alegrías y las satisfacciones en lo armónico. 



Lo necesario.- Conseguirlo requerirá por nuestra parte trabajo, energía, correr riesgos, y aparecerán los problemas, y veremos reducida nuestra libertad. Cuanto más sencilla sea nuestra vida, lo necesario menos será lo necesario, y por lo tanto requerirá menos trabajos, menos energías, menos riesgos, problemas y tendremos más libertad. De esta manera, nos resultará más fácil el que aceptemos que tenemos unas necesidades y que tenemos que cubrirlas. 


  Lo inevitable.- Hagamos lo que hagamos, vivamos como vivamos, siempre surgirán cosas que serán inevitables, y que al ser inevitables tendremos que aceptar que no podemos cambiarlas, sino que se trata de relacionarse con ellas. Para relacionarse con lo inevitable necesitamos flexibilidad y sabiduría. La flexibilidad se adquiere como consecuencia de tener pocos deseos y de no aferrarse a ninguna creencia, la sabiduría se adquiere como consecuencia de la serenidad. 



  La libertad.- Cuanto menor sea lo necesario, mayor será nuestra libertad. Cuanto más flexibles seamos ante lo inevitable, mayor será nuestra libertad. Cuanto más libres seamos, menos agitados estaremos, y así podremos ulitizar a la libertad para unirla a la sabiduría, una unión que se produce en torno a la búsqueda de la armonía. 


 Lo armónico.- Cuanto más armónicos seamos, nuestras alegrías y satisfacciones serán cada vez más eficaces contra nuestro dolor, y así necesitaremos menos cosas, y seremos más flexibles, más libres y más sabios, y nuestra conciencia estará cada vez más presente en todos los aspectos de nuestra vida, y entonces el Amor emergerá espontáneamente, naturalmente, sin tener que esforzarnos, sin tener que sacrificarnos, sin tener que reducir nuestra libertad, sin la obligación moral o religiosa de darlo, sin la culpa de no sentirlo, sin todas las demás complejidades y conceptos que el Hombre ha desarrollado en torno a él.



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