domingo, 24 de mayo de 2020

DOLIENTES Y DESEOSOS



  La creencia dominante es que lo más importante es conseguir lo deseado, creencia que viene ya desde hace milenios, se ve muy reforzada en nuestra sociedad por los siguientes aspectos:

  *La creciente oferta de deseos posibles de conseguir.

  *Los muchos estímulos del capitalismo para conseguirlos. 

  *Las libertades y derechos, los cuales hacen que el ciudadano crea firmemente que tiene el derecho a tener todo lo que tiene cualquier otro, aumenta mucho sus deseos. 

 *La ausencia de ideales alternativos y la poca fuerza de lo espiritual, hace que el individuo se vuelque aún más en conseguir sus deseos particulares. 

  *Conseguir los deseos dominantes requiere ganar dinero trabajando, es decir, a base de esfuerzos, de rivalidades, de conflictos, y eso produce dolor y a veces frustración. Otras veces el dinero ses gana directamente a base de inmoralidades, y lo que es más frecuente, a base de una mezcla de trabajo honesto y de ciertas inmoralidades, y eso produce dolor a los demás. 

 *El dolor producido como precio por conseguir el dinero que nos permita conseguir lo deseado, hace que aumente la necesidad de conseguir deseos placenteros. 

  Nuestra sociedad se basa en una ecuación que contiene dos grandes elementos: 

  1º) Lo más importante es conseguir lo deseado.

   2º) Ante los daños y el dolor producidos por ciertas formas de conseguir lo deseado, para disminuir o para evitar esos daños y ese dolor surgen las normas morales, la valoración del amor, y como eas dos cosas no bastan, surgen las leyes.

  Cuando aumenta el deseo, aumenta la necesidad de vencer todos los obstáculos que se oponen a su consecución, y entre esos obstáculos están los valores morales, el amor y las leyes, y cuando el deseo alcanza cierta intensidad, las normas morales y el amor son derrotados y las leyes se incumplen. 

  Cuando el deseo es grande, cuando conseguirlo comporta dificultades, el individuo pone sus energías y sus otras capacidades en buscar la manera de conseguirlo, y de esta manera el conocimiento que se adquiere se pone exclusivamente al servicio de conseguir lo deseado, lo cual impide poner las capacidades en la comprensión global de las cosas, en lo espiritual, y así, a la falta de moralidad y de amor, se suma la falta de sabiduría, y así se crean los problemas y no aparecen las soluciones, sino que lo que aparece es más sufrimiento, y frente al sufrimiento aparece la necesidad de conseguir más deseos placenteros, y así se cierra la trampa. 

  Sin una alternativa política y social a nuestra sociedad, y con la espiritualidad débil o bien con poca gente centrada en ella, las dos opciones que quedan son: Un aumento de los conflictos y de caos, y frente a eso, un aumento de la necesidad de Estados fuertes y autoritarios y de héroes salvadores en forma de líderes carismático, populistas y tiránicos. 

   Viendo las muchas actitudes inmorales e insensatas frente a la pandemia, la opción del Estado fuerte y autoritario o del salvador tiránico toma mucha fuerza.  

  

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